Danza

Compañía Nacional de Danza… Gala Balanchine en el Palacio de Bellas Artes

Por: Fritzi Mazari — 25 de junio, 2011

Compañía Nacional de Danza… Gala Balanchine en el Palacio de Bellas Artes, junio 2011 “La técnica que se requiere para ejecutar estas coreografías es absolutamente clásica y los pasos resultan familiares para los bailarines, pero es la musicalidad y la velocidad lo que caracteriza a las piezas de Balanchine”, Paul Boos.

La Compañía Nacional de Danza del Instituto Nacional de Bellas Artes (CND), dirigida por la maestra Sylvie Reynaud, presenta en el Palacio de Bellas Artes, la temporada Gala Balanchine. Tres funciones programadas para los días 30 de junio, 1 y 3 de julio.

Un programa donde cuatro de las obras más importantes de Balanchine cobran vida con el propósito de acercar al público mexicano a la estética coreográfica de uno de los más importantes coreógrafos del siglo XX. Se trata de cuatro piezas representativas del fundador del American Ballet en Nueva York y creador del estilo neoclásico: Serenata, Tema y variaciones, Apollo y Chaikovski, pas de deux.

Para este montaje y con el fin de preservar la coreografía original, la fundación George Balanchine nombró a Elyse Borne y a Paul Boos como repositores de este programa que tiene como bailarines invitados al español Gonzálo García –NY City Ballet– y al cubano Carlos Quenedit –Ballet de Monterrey– y en los roles femeninos la participación de Agustina Galizzi, Blanca Ríos, Mayuko Nihel y Lorena Kesseler de la CND. La música será interpretada por la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, bajo la dirección del maestro Juan Carlos Lomónaco.

Compañía Nacional de Danza… Gala Balanchine en el Palacio de Bellas Artes, junio 2011 Serenata, la primera pieza a representar, es un hito en la historia de la danza. Es el primer ballet original que Balanchine creó estando en América y una de las obras más representativas de su repertorio. Como otras de sus creaciones, la escenografía que es monocromática, al igual que en varias de sus obras, es llevada a la escena por 26 bailarines con música de Chaikovski, por quien el coreógrafo tenía una especial afinidad. Alguna vez dijo en una entrevista: “En todo lo que hice con la música de Chaikovski percibí su ayuda. No era una conversación real. Pero cuando el trabajo daba resultado, sentía que era como si él hubiera intervenido”.

La siguiente interpretación de este programa será Apolo, que es el segundo ballet reado por Balanchine y lleva la música de Igor Stravinski, con quien desde los 24 años de edad comenzó una mancuerna de por vida y alcanzaron en paralelo el reconocimiento internacional. El gran compositor ruso, al tener un fuerte interés en la mitología griega, imaginó y compuso la partitura para este ballet. Sin duda, es la claridad, calma e incluso la serenidad de esta música la que hace a ésta infinitamente distinta a los ballets anteriores. Este ballet representa al joven Dios de las artes, Apolo, quien es visitado por las musas: Calíope, musa de la poesía; Polimnia, musa de la pantomima; y Terpsícore, musa de la danza y la canción. Unidos en el arte, son guiadas por Apolo hacia el Parnaso, casa de la poesía, música y conocimiento. En Apolo, Balanchine encontró la manera de unificar las tradiciones del ballet clásico ruso y la austeridad del modernismo, que dio pie a la evolución de un nuevo clasicismo.

Compañía Nacional de Danza… Gala Balanchine en el Palacio de Bellas Artes, junio 2011 En la segunda parte del programa, se podrán apreciar nueve minutos de virtuosismo y técnica a través de Chaikovski Pas de Deux, obra que parte de la música que el compositor creó para el tercer acto de El Lago de los Cisnes. Debido a que este fragmento no estaba en la partitura original, no fue publicado con el resto de este significativo ballet y desapareció por más de medio siglo. En 1953 fue descubierto en los archivos del Teatro Bolshoi, y Balanchine lo utiliza para crear una de sus obras más representativas.

Para cerrar con broche de oro esta elegante Gala, la Compañía Nacional de Danza presenta Tema y Variaciones, pieza donde Balachine desarrolla de manera intensiva el lenguaje del ballet clásico; como él mismo escribió: “Para evocar aquel periodo de la danza clásica en que el ballet ruso floreció con la ayuda de la música de Chaikovski”. Esta inicia con un cuerpo de baile de doce mujeres y una pareja principal, conforme se va desarrollando, de variación en variación, los solos de la bailarina y su caballero se intercalan con la danza del cuerpo de baile. Igual que en el ballet clásico, hay un pas de deux central y una polonesa prepara el gran final para un cuerpo de 26 bailarines.

“Durante este programa podremos ver el amor que Balanchine tenía por la mujer… Las mujeres que él amó eran fuertes, independientes, que votan, que tienen poder de decisión. Balanchine decía que el ballet era del género femenino y no por menospreciar a los hombres, pero decía que el cuerpo de la mujer era el perfectamente adecuado para el ballet clásico”, Paul Boos

Esta gran fiesta de Balanchine que la Compañía Nacional de Danza presenta en el Palacio de Bellas Artes estará enmarcada por la belleza de la música, el vestuario, la iluminación y por supuestos las creaciones de este icono de las artes que son muestra de una plasticidad exquisita que detona belleza, sutileza y, a la vez, el portento y la fuerza de la que es capaz el bailarín, quien encuentra un reto en su interpretación.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.