Infantil

Un grano de sal… cuando el talento hace la diferencia

Por: Claudia Magun — 1 de junio, 2011

Onírico Teatro del Gesto, con la dirección de Juan Ramírez y Gilberto González, presenta Un grano de sal, en la Sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque. Foto Orellana Ordoñez.

“Somos una compañía de Danza –Teatro del Gesto urbana y contemporánea. Generamos juguetes escénicos que articulan diversos lenguajes tales como la danza que nace en las calles, la mima, el clown y el teatro de objetos y de sombras. Mediante anatídotos transformadores y divertimentos, aligeramos el alma, provocamos a la reflexión y despertamos el asombro y la complicidad entre intérpretes y espectadores”, Onírico.

Los suaves acordes de una guitarra y el trinar de pájaros que vuelan muy cerca nos transportan a un espacio imaginario, tal vez con olor a mar y arena, donde juegos infantiles asaltan nuestra memoria y nos recuerdan que en ocasiones la mejor forma de enfrentar el encierro y las limitaciones es a través de la fantasía.

En una muestra lúdica sobre los alcances del lenguaje corporal y la capacidad de la poética conjugada con gracia, sensibilidad y una gran dosis de sentido estético Juan Ramírez y Gilberto González, directores de la compañía Onírico Teatro del Gesto, presentan Un grano de sal, un trabajo de bellas imágenes evocadas a través de unos cuantos elementos escénicos y harta imaginación.

Onírico Teatro del Gesto, con la dirección de Juan Ramírez y Gilberto González, presenta Un grano de sal, en la Sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque. Foto Orellana Ordoñez. Una anécdota que se desarrolla en la intimidad de un cuarto de baño donde dos amigas, que bien pueden ser hermanas o una misma persona con un doble imaginario, narran y protagonizan sueños que se suceden en una tina, en el suelo, por el aire, un pequeño espacio que se convierte lo mismo en marea, barco o cualquier cosa que les permita lanzar la imaginación al vuelo, sin la necesidad de emitir una sola palabra.

Socari Salinas, Yamile Tánus y Yessica Basaldúa son las intérpretes de Un grano de sal, muñecas de la escena ataviadas en antiguos trajes de baño que nos transportan a ese universo particular que ellas fabrican con el lenguaje de sus piernas, brazos y expresión gestual, poesía que nos va llevando por un cuento coreográfico donde está presente el romanticismo de los misterios que se ocultan bajo el fondo del océano, las sorpresas que saltan entre las olas cuando se navega en barcos imaginarios o botellas con mensajes de remitentes desconocidos.

Onírico Teatro del Gesto, con la dirección de Juan Ramírez y Gilberto González, presenta Un grano de sal, en la Sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque. Foto Orellana Ordoñez. Se trata de una bella narración donde Onírico hace honor a su nombre y a un estilo estético surgido de la experiencia del teatro callejero donde se subraya el lenguaje corporal fusionado con el arte clown, la mímica, el teatro y un talento que corre a raudales y luce con gracia y gran estilo a través de la magia de Gregorio Trejo que ilumina la escena en armonía con la notas musicales trazadas por la pauta de Jesús Martínez y Julio Ordoñez Orellana.

Para Juan Ramírez y Gilberto González, Un grano de sal “logra construir una metáfora escénica que reflexiona sobre la capacidad que el ser humano tiene de redimir su encierro a través de la imaginación, donde dos chicas instaladas desde el interior de un cuarto de baño crean universos de ficción”.

Onírico Teatro del Gesto, con la dirección de Juan Ramírez y Gilberto González, presenta Un grano de sal, en la Sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque. Foto Orellana Ordoñez. Se trata de una puesta que ha probado su éxito al realizar ya varias temporadas en algunos teatros, encuentros de danza y festivales de artes escénicas desde su estreno en 2010, un proyecto que se sustenta en una gran trabajo de interpretación y que podrá vivirse en la próxima temporada que se realizará sábados y domingos –del 18 de junio al 17 de julio– en la Sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque.

Un grano de sal es una impresión vívida que transmite la sensación de libertad como cuando el agua corre y nos transporta a un lugar imaginario donde las burbujas de jabón nos hacen sentir una fantasía tan real que dibuja una sonrisa.

Porque una obra de Onírico es un verdadero “garbanzo de a libra” en el universo dancístico nacional, una experiencia que bien puede reconciliar a aquellos que se encuentran distanciados del género de la danza y que a los amantes del teatro físico no les dejará a deber… Un grano de sal, un acierto para vivir en familia con una duración tan sólo de 50 minutos, breve pero sustancioso. Fotos: Orellana Ordoñez.

Una respuesta a “Un grano de sal… cuando el talento hace la diferencia”

  1. mike dice:

    Onirico es genial de verdad ya muchos garbanzos de a libra,eso es talento…

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.