Infantil

Onomatopeyas… juego escénico que detona emociones en grandes y pequeños

Por: Colaborador Invitado — 1 de mayo, 2011

Astillero Teatro presenta ONOMATOPEYAS, bajo la dirección de Oswaldo Valdovinos, en el Teatro Casa de la Paz, mayo 2011 Colores, sonidos, texturas y emotividad son características de Onomatopeyas, propuesta del grupo Astillero Teatro, que se presenta sábados y domingo –hasta el 24 de julio- en el Teatro Casa de la Paz.

Con las actuaciones de María Teresa Adalid, Paola Huitrón e Itzel Casas y dirigida por Oswaldo Valdovinos esta lúdica puesta escénica es una creación colectiva de esta compañía que ya antes se ha presentado en el X Festival Mireya Cueto, la FeLiT (Feria del Libro Teatral) 2010, el IV Maratón de Teatro para Niños y Jóvenes en el Centro Cultural del Bosque, el 9° Festival Internacional Titerías, además de finalizar, recientemente, una exitosa temporada en el circuito de Teatro Escolar.

En entrevista con InterEscena, Oswaldo Valdovinos y María Teresa Adalid hablan sobre las características de este emotivo trabajo.

¿Qué son las Onomatopeyas?
O.V: Son los sonidos que hacemos cuando queremos imitar algún animal, una acción o queremos expresar algún sentimiento sin usar palabras. Pero para nosotros también es una propuesta de teatro de títeres orientada a generar emociones y sensaciones en los niños, más allá de contar una historia a través de un texto hablado.

¿De qué trata la obra?
O.V: Más que una historia lineal, se trata de tres momentos que se presentan básicamente sin utilizar palabras, y lleva como protagonistas a dos niños: “E” (María Teresa Adalid) y “Glu” (Paola Huitrón). El primer momento trata de cómo los niños descubren el mundo que les rodea a través de utilizar los sentidos, por lo mismo la mayoría de las cosas con las que se topan los espantan y fascinan; es una secuencia muy dinámica. En la segunda, exploran la curiosidad hacia los objetos y comienzan a experimentar con sentimientos como los celos y la envidia; vemos los primeros conflictos que pueden existir entre dos personalidades distintas y los juegos también son un poco más bruscos. La última, es una realidad un poco más cruda, es el enfrentamiento con la pérdida, a través de la muerte de su mascota, que deriva en una depresión de “E”. Es una cuestión de introspección.

¿Cómo acercar a los niños a temas difíciles como la muerte o el significado de la amistad que manejan en Onomatopeyas?
O.V: Partimos de situaciones cotidianas y juegos para introducir la reflexión acerca de la muerte como parte del proceso de la vida. Y si bien es una pérdida, de lo que se trata es de superarla porque forma parte de su realidad como niños; no son cuestiones que se deban esconder porque después les va a costar mucho trabajo enfrentarla. La amistad la van conociendo con el tiempo, al convivir juntos, con su mascota, al reírse, jugar, gritar y trabajando en equipo.

¿Qué otros personajes encontramos?
M.T.A: Un ratón que se llama Mimi y Coco (Itzel Casas), que en realidad es un coco que encarna a ese personaje popular que llega para asustar a los niños; una serpiente morada; zoom-zoom, la mariposa amarilla que es cómplice de los niños en sus juegos, y también aparecen objetos como una caja de sorpresas que se transforma en un perro y una pelota que se manda sola.

¿Por qué una historia sin texto y palabras?
M.T.A: Para utilizar un lenguaje cercano a los niños, ya que los sonidos son la primera forma de expresión cuando no pueden hablar y en ocasiones los sonidos expresan más las emociones que las propias palabras.

¿Por qué hacer teatro infantil con títeres?
O.V: La posibilidad que te dan los títeres son muchas, los títeres crean universos específicos. Se pueden abarcar dimensiones ilimitadas. A un títere lo puedes despedazar, girar, cambiar de color y tamaño… son las cosas extraordinarias que te permiten experimentar y eso permite tener un mayor acercamiento al público infantil, porque los títeres hablan de formas que reconocen y les son familiares.

¿Cuál es su propuesta para hacer teatro infantil?
M.T.A: Tratamos de no devaluar las emociones de los niños sólo porque son pequeños y no tienen experiencia, o no han conocido lo suficiente este mundo. Que se ponche una pelota o te enojes con tu mejor amigo es una tragedia cuando eres niño, lo mismo que cuando, por ejemplo, ya de adulto, chocas y no traes seguro. La intensidad de emociones para sufrir, sorprenderse o divertirse es la misma sólo varían las situaciones y contextos.

En la estética predomina el color y materiales reciclados, ¿De dónde parte la idea primaria?
O.V: Está basada en bocetos que hicieron unos niños cuando se les pidió que dibujaran un árbol y a sus amigos, por ello se identifican fácilmente. La escenografía y los diversos elementos en escena tienen una forma redonda o curva para hacerlas más orgánicas, suaves y armónicas, además de utilizar colores acorde a diversos momentos de la obra; en cuanto al material reciclado ha sido una característica de los trabajos que hemos realizado. Para Onomatopeyas utilizamos unicel, madera, cartón, manta, fomi y mucha pintura. Materiales sencillos que puedes conseguir fácilmente.

Para finalizar, ¿les gustaría dar algún mensaje o tipo de reflexión con la propuesta?
M.T.A: La reflexión se da a partir de la experiencia individual de las personas, gustos y preferencias, todo depende de qué tan profundo sea. Nos interesa estimular y provocar sensaciones tanto en niños como en adultos cuando dejamos de reír y disfrutar de las cosas más simples.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.