Teatro

Vicisitudes clasemedieras de la década de los 80

Por: María Teresa Adalid — 6 de noviembre, 2005

Qué peor pesadilla puede arraigar una mente que no se cuestiona, investiga y lucha por descifrar la verdad, alejado del progreso humano, que no converge con el desarrollo ni con el enriquecimiento existencial, aceptando lo que el devenir le confiere, y su lucha carente de toda imaginación, esperanza y sueños queden apagados por un espíritu cobarde y apaciguado que mediocremente acepte su derrota sin antes luchar por obtener una victoria como un modus vivendi.

La pareja formada por Lisa y Joaquín son uno de múltiples personajes que deambulan en las sin fin de historias en las desoladas urbes donde el cansancio, monotonía y resignación es el estímulo al conflicto en los personajes.

La comedia, de tonos ácidos, se ubica en la parte final de la década de los 80, que retrata la vicisitudes clasemedieras de una pareja joven que lucha por trascender sus miserias individuales y conformar su identidad.

La trama conduce al punto de enfrentar todo ese mundo en una noche trascendental que incluye un complot político, un diputado inconforme, la pasividad de dejar pasar una oportunidad, un instante de desidia, la espera de un anhelo que no llegará, el conformismo, y autocomplacencia, la falsa búsqueda de una respuesta en un grupo de rock internacional donde se plasman esperanzas que nunca llegan a concretarse; crueldad y desencanto.

La ironía, el ritmo y el perfil de los personajes hacen de la atmósfera un lugar donde el humor flota permanentemente y, aunque hay momentos de gran hilaridad, la sensación de fracaso que acecha a los personajes empapa a todos de un aire agridulce.

La obra forma parte del repertorio de la Compañía de Teatro de Maimónides, que debuta oficialmente con la puesta en escena, de Noé Morales Muñoz.

“Buscamos el equilibrio entre la actoralidad, la potencia del texto, la conformación poética del espacio, a la manera del mejor teatro contemporáneo, intentándole dar un sello distintivo de acuerdo a nuestras preocupaciones generacionales y a nuestro tiempo” apunta el director de la obra.

A su vez, el dramaturgo hace conciente que se encontraba más interesado en una vuelta de tuerca al mejor costumbrismo mexicano, el de Ibargüengoitia, el cual indaga hasta el fondo de nuestra identidad urbana para hacernos ver nuestra pequeñez y nuestra miseria existencial. “Me mueven deseos irónicos antes que humorísticos, me interesa más la reflexión ácida que la carcajada abierta. Creo que es una obra que, pese a la risa que puede provocar, es ante todo dolorosa y desesperanzada, un reflejo de lo que me ha tocado vivir: crisis y más crisis”.

Día Cero, de Noé Morales Muñoz, dirigida por Juan Carlos Medellín, cuenta con las actuaciones de Maricarmen Núñez, Mario Eduardo de León, José Sefami, José Luis Saldaña y Omar Medina. Se presenta durante el mes de noviembre en el Foro la Gruta del centro Cultural Helénico.

Los comentarios están cerrados.

Directorio

Un listado de enlaces a centros culturales, música, teatro, danza, infantiles, festivales y medios y más.

“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.