En marzo… la cultura va

Por: Claudia Magun — 20 de marzo, 2007

En el tercer mes de este 2007, la cultura parece ir tomando camino. La designación del director de ópera y licenciado en derecho, Sergio Vela al frente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), en diciembre pasado, si bien fue tomada como buena señal, no se lanzaron las campanas al vuelo tras la larga historia de falsos anuncios y expectativas a la que nos tienen acostumbrados la clase política de este país.

Con tres meses donde los presupuestos han sido soltados a cuenta gotas y las programaciones institucionales no están del todo ratificadas, la cultura ha ido tomando su propio ritmo. Sorteando y logrando verdaderos milagros a la hora de presentar carteleras y programaciones.

Sin embargo, a diferencia de otros tiempos no muy lejanos, se ha visto a los titulares de varias dependencias –la titular del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), María Teresa Franco González Salas, entre ellas–, asistir a los eventos culturales con mayor regularidad, dando con esto cierto respaldo y la idea de una verdadera ocupación por la difusión de la cultura en nuestro país, empero quedan rubros pendientes que aún no dan señales de una “política encaminada a fortalecer las instituciones existentes”, como en su momento lo señaló el mismo Vela.

En el caso de la danza, tanto Dariusz Blajer como Marco Antonio Silva, director de la Compañía Nacional de Danza y Coordinador Nacional de Danza, respectivamente, han sido ratificados en sus cargos, pero es precisamente, este género uno de los que necesita y reclama mayor atención. Un trabajo de análisis y reflexión que por un lado necesita dar más proyección al gran número de compañías existentes y, por otro, fortalecer la máxima representante de esta disciplina a través de estímulos que alienten una renovación integral de la agrupación.

Por su parte, la Orquesta Sinfónica Nacional parece prever buenas épocas bajo la conducción del, recién nombrado, joven director Carlos Miguel Prieto, quien dejará la Orquesta Sinfónica de Xalapa, en junio próximo, para ocupar la titularidad de la máxima agrupación de música de concierto de nuestro país, de quien también se esperan buenos resultados por su convicción de músico y artista visionario.

Asimismo, la Compañía Nacional de Ópera iniciará una nueva época bajo la dirección del maestro José Areán, quien el próximo 31 de marzo dejará la titularidad del Festival de México en el Centro Histórico (FMCH), algunos piensan que su gusto por la exploración sonora y su historia como rockero anteceden una interesante época para la institución.

Estos son sólo algunos de nombres -y hombres- que ya tienen en sus manos la responsabilidad de hacer un trabajo digno al frente de las instituciones culturales del país, además de otros responsables designados como Alfonso de Maria y Campos (Instituto Nacional de Antropología e Historia), Jorge Volpi (Canal 22), Lucía García Noriega y Nieto (Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble), Carmen Gaitán (Museo Mural Diego Rivera), Silvia Molina (Coordinación Nacional de Literatura), Xavier Guzmán (Arquitectura y Patrimonio Artístico Inmueble), María Fernanda Matos (Museo Nacional de San Carlos), Magdalena Zavala (Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo), Ramiro Martínez (Museo Tamayo Arte Contemporáneo) e Itala Schmelz (Sala de Arte Público Siqueiros), entre otros..

Se sabe, que una cosa son razones y otras buenas intenciones, y que las políticas culturales dependen de los cabildeos y negociaciones más allá de las autoridades culturales, empero esperamos, por lo creadores y el público, que en una ocupación constante y vigilancia sensible a las necesidades de todos se haga patente en el trabajo cotidiano y que un mañana donde la cultura forme parte de nuestro diario acontecer no esté muy lejano.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.