Danza

La danza rumbo al 2011

Por: C. Magun y S. Fernández — 1 de enero, 2011

Magdalena Brezzo llevó a la escena del 2010, Anima una pieza que experimenta la fusión de dos lenguajes, interpretada por Camerino 4. Foto: Alma Curiel, enero 2011 Un nuevo año comienza y particularmente en 2011 inicia la segunda década del llamado nuevo milenio, en este contexto las artes parecen seguir con un proceso de desarrollo que busca la evolución en sus concepciones así como en la inclusión de nuevos elementos escénicos que enriquezcan sus lenguajes y propuestas estéticas.

En el caso concreto de la danza en México, esta disciplina no vive su mejor momento y se enfrenta ante un panorama bastante deprimente que tiene de forma inmediata dos grandes retos ante si: la falta de auditorio y una renovación en su discurso que la haga más atractiva tanto para nuevos públicos como para aquellos que se han perdido en la repetición o ausencia de discursos narrativos.

Y es que algunas de las escenas más familiares que sucedieron durante el 2010 en los escenarios dancísticos fue, precisamente, la falta de un público real –más allá de los amigos y familiares, aplausos incondicionales que no pueden ser un termómetro real–, la ausencia de propuestas novedosas y un compromiso real con el lenguaje en movimiento que demostrara disciplina, técnica e inventiva.

Jessica Sandoval llevó a la escena del 2010, Antropía mejorada, interpretada por Abigail Soqui, Renata Wimer y la propia Jessica Sandoval, enero 2011 Sin embargo no todo fue en contra, es importante señalar que hay compañías y propuestas rescatables, estilos muy puntuales que parecen decirnos que la danza vive y pese a lo que algunos piensen, la literatura del cuerpo se fortalece con las propuestas de algunos artistas que marcan tendencias.

Por un lado tenemos la fusión con nuevas tecnologías, aquellas visiones que han encontrado en la multimedia, una herramienta exitosa para no sólo incluirla como un elemento más, sino como parte del universo de la composición estética, aquí cabe destacar el nombre Jessica Sandoval y su Antropía mejorada; Alejandra Ramírez con su Bruja Danza o Roxana Valdez con Resonancia.

Mauricio Nava llevó a la escena del 2010, su más reciente espectáculo dancístico llamado “no tiempo” Propuesta # 39, enero 2011 Tres propuestas bien realizadas, que en base a un bien logrado juego escénico reafirman que no sólo basta con la inclusión del video sino que hay que integrarlo a un todo donde nada sobre, ni esté de más y la fusión conforme un solo concepto estético.

Otro de los estilos vigentes en los escenarios, es la danza-teatro un lenguaje coreográfico que ofrece a los creadores un amplio espectro que permite sacarle el mayor jugo posible al dramatismo y la historia, para aquellos que gustan de una narrativa más formal, la obra de Alicia Sánchez es una referencia conceptual de los alcances que puede alcanzar esta integración con disciplinas corpóreas.

Roxana Valdez llevó a la escena del 2010, la pieza coreográfica Resonancia, enero 2011 Mauricio Nava, Abigail Jara y Magdalena Brezzo son creadores que le apuestan a un estilo donde prevalece la abstracción, el simbolismo, la metáfora y la creación de paisajes explorando el cuerpo como un lienzo poético.

En este mismo concepto, Octavio Zeivy y Jaime Camarena abordan el movimiento como un espacio de creatividad, técnica y visión para detonar emociones.

Estas son sólo dos vertientes de las muchas que hoy explora el movimiento contemporáneo mexicano, aquel que descubrieron personajes como José Limón, quien hizo de la danza un cultivo del alma…

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.