Infantil

El niño que cabalga asteroides

Por: Susana Fernández — 6 de noviembre, 2005

Todas las personas grandes han sido niños antes (Pero pocas lo recuerdan) Antoine De Saint Exupery…

Hacer una traducción de lo literario a la danza no siempre resulta exitoso. Apasionarse por una historia y tejer puentes para convertirla en movimiento, en ocasiones corre el riesgo de terminar siendo más uno que lo otro.

El caso de Reyna Pérez, maestra y formadora de bailarines, es una muestra de que el tránsito de la literatura al lenguaje corporal puede hacerse bien y con éxito, incluso cuando se trata de hacer algo para niños lo que implica mayor esfuerzo.

Autora de la versión dancística de“Alicia en el país de las maravillas” y “Alicia en el país del ballet” (de carácter didáctico), Reyna posee una sensibilidad especial para identificar el texto con la danza y crear espectáculos para niños que sean inminentemente lúdicos pero que propicien la reflexión.

Es así, que Reyna retoma de nueva cuenta un texto, nada más y nada menos que El Principito, y crea El niño que cabalga asteroides, montaje que como ella misma define: “apuesta a la búsqueda, al hallazgo, apuesta por el encuentro con uno mismo…”. Convencida de que no obstante la diferencia de lenguajes (literatura y danza) pudiera implicar un obstáculo, Reyna está convencida de que el mensaje seguirá siendo el mismo: “reflexión en torno a la soledad de una persona que busca amigos”.

Con una muy adecuada iluminación y escenografía de Mauricio Ascencio, así como la música idónea edición de Crescencio Luviano, El niño que cabalga asteroides es una puesta cuidadosamente realizada, donde algunos pasajes de la historia son traducidos con la delicadeza del ballet pero conservando la magia del texto, como la parte de “las rosas” y la conservación casi intacta de otros personajes como son El farolelo, sustituido por un electricista, los hombres de negocios y el Borracho.

Interpretada por 15 bailarines que demuestran que las posibilidad de volar y compartir un sueño no es exclusiva de los niños y que los adultos pueden también conservar este tesoro, esta puesta rememora el episodio de la llegada del primer hombre a la luna, que asombró a una generación así como a otra anterior habrá asombrado la irrupción de la primera locomotora a vapor.

El espectáculo multidisciplinario El niño que cabalga asterioides nos permite rescatar imágenes evocadoras de nuestras múltiples lecturas de un texto realmente lleno de magia e imaginación, El Pricipito, obra que da pauta a la búsqueda de la belleza en lo simple y en lo cotidiano, que anima a recuperar la capacidad de asombro, de reconocernos en el otro, de permitirnos regresar a la infancia en busca del verdadero sentido de la vida… de ser felices.

El niño que cabalga asteroides se presenta, los sábados de noviembre, en la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario, una caja de sorpresas que espera ser abierta para develar sorpresas.

En un sincero homenaje al escritor De Saint Exupéry, la compañía Ardentia, que dirige Reyna Pérez, recrea pasajes de El Principito contemporalizándolo en un mundo donde estamos más ocupados por lo superfluo y no nos ocupamos por nuestro ser interior. Puesta coreográfica que nos lleva de la mano en ese viaje de reconocimiento a lo oculto, nuestra niñez

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.