¡Viva México, viva la danza!

Por: Claudia Magun — 8 de septiembre, 2005

Con una larga trayectoria como bailarina y maestra de danza, con conocimientos de música, danza indígena y bailes mestizos mexicanos, todo esto sumado a su carrera pedagógica, Nieves Paniagua –además de dirigir Academia de la Danza Mexicana así como la Escuela Nacional de Danza Folklórica del INBA– a lo largo de su carrera profesional ha luchado por el reconocimiento y la dignificación profesional del maestro y bailarín de danza folklórica, objetivo que la impulsó a dedicarse por completo a la creación de la Compañía de Danza Folklórica, desde 1975. Sus planes de trabajo, técnicas de enseñanza, objetivos precisos y disciplina han contribuido -de manera notable- a que la danza folklórica logre el reconocimiento cultural que merece.

Después de una ardua labor de seleccionar jóvenes a quienes les gustara la danza y que con su talento engrosaran las filas de la agrupación que en ese entonces emprendía la maestra Nieves Paniagua, nació la semilla de la Compañía Nacional de Danza Folklórica del INBA. Proyecto conocido y avalado por el entonces Secretario de Educación Pública, Ingeniero Víctor Bravo Aguja, al conocer los objetivos de la agrupación.

Fue un proyecto nacido de la necesidad de formar a esos adolescentes dentro de la disciplina dancística y casi diez años más tarde con las perspectivas bien afianzadas -después de haber sido el Ballet Folklórico de la Dirección General de Educación Tecnológica Industrial (DGTI) y más tarde México Ballet Folklórico-, la agrupación fue madurando hasta convertirse en la Compañía Nacional de Danza Folklórica, nombramiento que el INBA le dio después de un trabajo constante y comprometido.

Así desde 1984, la Compañía Nacional de Danza Folklórica realiza una temporada anual en el Palacio de Bellas Artes, así como constantes giras a países de América, Europa y Asia, además de participar en los más prestigiosos festivales culturales de México y del extranjero.