Por: Enrique R. Mirabal — 17 de mayo, 2019
Idear una programación que resulte, a la vez, atractiva y novedosa, capaz de capturar la atención de los jóvenes y de los habituales melómanos, ha sido el reto de esta Segunda Temporada de la Orquesta Filarmónica de la UNNAM. Su director artÃstico, Massimo Quarta ha incorporado a compositores que no resultan familiares para el gran público y que, sin embargo, conjugan elementos suficientes para agradar o sorprender a los asistentes a la Sala Nezahualcóyotl.
Tal es el caso del norteamericano Russel Peck (1945-2009), autor de obras llamativas por su formato y por su esencia: The Glory and the Grandeur que se pondrá a consideración del público los dÃas 25 y 26 de mayo. El diálogo entre los tres percusionistas que desafÃan a la orquesta con un virtuosismo requerido y audacia suficiente para satisfacer los oÃdos a la espera de nuevas tonalidades recae en las manos de Javier Pérez, Julián Romero y Esteban Solano.
El reto se duplica con la segunda obra del programa, La consagración de la primavera, que desde el tÃtulo presume su condición. Esta obra maestra de todos los tiempos y no sólo de la música del siglo XX, seductora en el comienzo y catártica hacia el final después de transitar por un sinfÃn de peripecias armónicas y rÃtmicas puede servir de parámetro para calibrar la obra de Peck que le precede. Oportunidad que no debe desperdiciarse para sopesar cómo ha sido la evolución de la música del siglo XX.
El par de conciertos anteriores, el 18 y 19 de mayo, reposan sobre la seguridad del beneplácito por la probada calidad de las obras que lo configuran: dos serenatas, una para cuerdas (Tchaikovski) y la otra para alientos (Richard Strauss), un ejercicio de análisis y sÃntesis para el auditorio al degustar ambas piezas correspondientes a dos perÃodos consecutivos en el devenir de la música: del puro romanticismo ruso a la estela grandilocuente del germanismo sinfónico. Para neutralizar los excesos, la SinfonÃa 35, Haffner, de un Mozart muy bien portado y dueño absoluto de la orquesta, por cierto, el compositor favorito de Tchaikovski.
El mes de junio comienza, los dÃas 1 y 2 con un programa totalmente ruso, con tres nombres que representan la segunda mitad del siglo XIX en la Rusia zarista: el gran maestro de la orquestación y alma del nacionalismo de su paÃs, Nicolai Rimsky-Korsakov, a través de la Obertura de su ópera La novia del zar, rara vez representada fuera de Rusia.
El Concierto para violÃn y orquesta de Tchaikovski a cargo del solista Ilya Ioff nos dejará decidir cuál es nuestra versión favorita entre las decenas o cientos de interpretaciones que hemos escuchado, entre ellas la del maestro Quarta. Cierra el programa la Segunda sinfonÃa de Alexander Borodin, una de sus tres obras que más se tocan, considerando a las Danzas polovtzianas de la ópera El prÃncipe Igor como la preferida del gran público y con la que se le asocia invariablemente. En las estepas del Asia Central no es tan escuchada pero merecerÃa más simpatÃa en la programación de las orquestas sinfónicas. Dirige el programa Yuri Yanko.
El director francés Sylvain Gasançon, frecuente invitado al podio en las orquestas mexicanas, nos sorprende con un programa en el que lo más cercano a la música del siglo XX es la Primera sinfonÃa del británico Elgar. Muy bien de parte de Gasançon demostrarnos (o no) que más allá de lo inusual, también se puede ser original con la lectura de obras que no se asocian con la vanguardia pero que valen por su esencia.
El entender y poder añadirle una visión diferente a esta sinfonÃa es lo que esperamos de este director que nos gratificara el año pasado con su versión del oratorio Juana de Arco en la hoguera de Arthur Honegger. Elgar será su variación enigma para nosotros. Se completa este programa (Sábado 8 y domingo 9 de junio) de la OFUNAM con el Concierto para violoncello del checo Dvorák con Leonard Elschenbroich de solista.
Hacia el final de la Temporada, podremos escuchar y ver a Massimo Quarta en su doble desempeño como director y violinista con el Segundo Concierto de Henryk Wieniawski, los dÃas 15 y 16. Gasançon regresa para el par de conciertos correspondientes al sábado 22 y domingo 23 de junio con Erika Dobosiewicz de solista al violÃn tocando el Concierto del mexicano Alexis Aranda quien además de compositor es también un dedicado pianista.
Para cerrar la sesión musical, Iván López Reynoso dirige el poema sinfónico La sirenita de Alexander von Zemlinsky a partir de la historia de Andersen. El simple hecho de haber seleccionado una obra de este compositor austriaco, alumno de Bruckne, maestro de Schoenberg y rival de Mahler en las lides del amor, le pone el toque diferenciador a esta Segunda Temporada de la OFUNAM.
No es La sirenita una obra de ruptura ni una partitura imprescindible pero sà una pieza de gran fuerza y atractiva sonoridad que raras veces se oye y que merece mayor interés. No hay duda alguna de que ésta es la cereza del pastel de esta Temporada que finaliza con el ajonjolà de todos los conciertos, el Danzón No. 2 de Márquez, competidor cercano del Huapango de Moncayo como encore obligado en las orquestas nacionales. Tanto va el cántaro a la fuente…
Al público interesado en poder disfrutar mejor los conciertos con la guÃa de algún profesional de la materia, les recordamos que habrá charlas previas, una hora antes de cada concierto y que también se podrá estar en la Sala Nezahualcóyotl en algunos ensayos de la Orquesta Filarmónica de la UNAM.
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