Teatro

Moscú… un llamado vivo a lo dionisíaco, a la festividad y a la libertad

Por: Miguel G. Calero — 7 de febrero, 2020

“¿Qué sería del mundo sin ficción? En este país hace mucho que la realidad supera la ficción”, Aurora Cano, fragmento de Moscú.

Es imposible escaparnos del impacto del color que este texto ejerce. En estos tiempos en que tanto se habla (sin saber del todo qué es) de la paleta de colores, Moscú es una experiencia primordialmente basada en la cromaticidad. El contraste es la dinámica de la obra. Los colores jugando entre sí son decisivos para entrar a los mundos a los que esta obra nos asoma.

Aurora Cano lleva a escena Moscu, basada en un texto de Anton Chejov: Teatro El Galeon, febrero 2020. Aurora Cano, como creadora de esta puesta en escena ha hecho de Moscú –con funciones de jueves a domingo, hasta el 8 de marzo, en el Teatro El Galeón Abraham Oceransky– una innovadora adaptación libre de la dramaturgia clásica de Antón Chéjov, La tres hermanas. Es, como siempre, un paso osado poner en escena una obra tan conocida y de renombre, sin embargo, todo toma una forma audaz y novedosa en esta nueva representación. El guión: profundo, breve, sin pretensiones, chejoviano.

El desdoblamiento de las escenas lo tenemos desde un ángulo shakesperiano, la obra dentro de la obra: tres amigas presentan la ya citada puesta de Chéjov viviendo en carne propia las búsquedas y crisis de las tres hermanas que representan.

Así, preguntas, vacíos, miedos y desesperanzas están por igual dentro y fuera de su escenario. El público entra en crisis al comprender que el mensaje va incluso en un desdoblamiento más, pues ante las dos realidades que se conjugan en el escenario, se puede deducir sutilmente que en realidad, las tres talentosas actrices que vemos, viven algo muy cercano una vez que ha bajado el telón.

Aurora Cano lleva a escena Moscu, basada en un texto de Anton Chejov: Teatro El Galeon, febrero 2020. Esta metanarrativa no es nueva, pero es totalmente ingeniosa la forma en que la presenta Teatro de Babel y Aurora Cano. En un juego de contrastes esta versión de Anton Chejov hace uso de una gran iluminación y escenografía de Jesús Hernández, un vestuario de Jerildy Bosch, así como un original y envolvente diseño sonoro de Ignacio García, tres elementos que en su conjunto logran crear atmósferas realmente distintas entre sí.

Tenemos el pasado y el futuro, la Rusia esteparia y el México lluvioso; están los susurros hechos en iluminación ocre, cálida y baja y los gritos hechos con luces llamativas y alucinantes; lo naturalista de las escenas cotidianas de la vida y sus afanes y, sobre todo, los diálogos posmodernos hechos casi como un manifiesto conceptual; lo natural y lo sintético; lo sensible y lo violento; Moscú es una obra de contrastes.

Pese a lo caótico que puede parecer un escenario con tantos elementos, todo va tomando su forma cuando descubrimos que la crisis está siendo provocada por la misma búsqueda, sea en Rusia o en México, en el siglo XIX o XXI, en el naturalismo o la posmodernidad: es salir de la monotonía en que nos deja el sistema en que vivimos, donde las aspiraciones no pueden ir más allá de los esquemas que ya fueron establecidos.

Aurora Cano lleva a escena Moscu, basada en un texto de Anton Chejov: Teatro El Galeon, febrero 2020. “¡Mierda, mierda, mierda!” tres veces mierda… Una amiga se resigna a una vida marital estéril, otra lucha por que su arte no sea acallado en un mundo materialista y una más está obsesionada con la huida a nuevas geografías con la esperanza del éxito.

Carmen Mastache, Teté Espinoza y Tamara Vallarta son las actrices que dan vida a estas amigas que luchan a contracorriente. Los desafíos que enfrentan confrontan al público con una enorme reflexión: ¿estoy satisfecho con la vida que tengo? Este planteamiento no es ingenuo ni en su texto original ni en la adaptación de Cano; estamos frente a posibilidades sociales, políticas y económicas limitadas, donde lo novedoso, lo bello y lo creativo es aplastado por el consumo, la cosificación y lo capitalizable. Una de las líneas más brillantes en el guión de Aurora Cano lo ejemplifica: “¿A quién le importa Chéjov en la 4T?”

Aurora Cano lleva a escena Moscu, basada en un texto de Anton Chejov: Teatro El Galeon, febrero 2020. En la opinión personal de quien escribe estas líneas, Moscú es un llamado a reencontrar nuestro amor por el teatro, a salir de la monotonía y el vacío de lo que los marcos sociales nos dicen qué ver, qué escuchar, qué pensar y qué desear. En un mundo con gigantes que buscan la lealtad de las masas ofreciendo pan y circo a costa de la vida misma, el teatro sigue siendo el refugio del tedio, de los estrechamientos del pensamiento. Moscú, es un llamado vivo a lo dionisíaco, a la festividad y a la libertad.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.