
Por: Oswaldo Valdovinos — 20 de febrero, 2008
La fascinación de una imagen (visual, auditiva, literaria) radica en su polivalencia semántica, sobre todo por la cantidad de lecturas que puede tener en función del bagaje cultural y la experiencia del espectador. De ahà que un mismo hecho de pie a tantos comentarios e interpretaciones; tantos, que se puede llegar a un punto de confusión total en el que nadie entiende nada de nada, y nada resulta que es lo que se supone que es. Si eso ocurre con mucha frecuencia entre quienes hablan un mismo idioma, ¿qué no pasará cuando alguien venido del espacio llega a la Tierra en una nave-bola, y sin más es abandonado a su suerte?
La primera complicación es, por supuesto, la falta de un lenguaje común con esa enorme cantidad de seres extraños sentados en unas butacas a la espera de que el recién llegado diga algo. Pero esto no ocurre -porque bien es sabido que los polibibis no hablan ninguna lengua terrÃcola- habrá que echar mano de otros recursos para tratar de establecer algún tipo de contacto que permita comunicarse unos con otros, aunque sea de una manera primigenia (aunque más bien el término serÃa lúdica).
Tal es la premia de La bola risa, la más reciente puesta en escena de Aziz Gual, que se presenta los sábados y domingos a las 12:30 en el Teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque, además de estar en el Programa de Teatro Escolar.
“La bola de risa es un planeta -explica Gual- donde jugando con situaciones simples pretendemos estimular a los niños volar por el universo sin paracaÃdas, redimiendo la inocencia a base de ternura y asombroâ€. Por lo que “el principal fin… es estimular a los menores con música, pintura y sumergirse en la plástica del espectáculo, pero también a los mayores, para que estén en sincronÃa y surja un diálogo que pocas veces se da en la familia, y qué mejor que la obra sea un pretexto”.
A ello habrá que agregar que utiliza “varios elementos visuales donde la iluminación es importante y se lleva un ritmo, color y peso, pero la música no es convencional. Por ejemplo, el grupo musical ya no lee sus partituras, sino actúa para tocar. Para ello tomó un curso de sincrobufonÃa”.
Asà pues, este espectáculo caracterizado por usar esferas de todos tamaños, colores, texturas y casi casi sabores, tiene el gran mérito de mantener la atención del público infantil por cerca de una hora a través de una historia sencilla, donde el lenguaje corporal y la música en vivo (que no es sólo música sino también ambientación) son los principales protagonistas.
Cabe mencionar que este espectáculo retoma los principios básicos de la simplicidad como el medio más efectivo del divertimento, pues como lo explica el propio Aziz Gual “la historia surge a partir de los juegos de mi hija de tres añosâ€, que cobran un sentido lúdico al ser reinterpretados en el espacio teatral.
La bola risa, de y bajo la dirección de Aziz Gual, cuenta con las actuaciones de Armando Tapia, Romeo Becerra, Felipe Madrigal, el propio Gual (quien alterna funciones con Jesús DÃaz), y un grupo de espléndidos músicos.
Sólo hay un pequeño detalle: la reminiscencia (para los adultos más que para los niños, quizás) al espectáculo de Snow Show, de Slava`s.
Todo nuevo descubrimiento implica volver sobre los pasos, y en ocasiones hasta los primeros pasos de la infancia. Fotos: Claudia Aguilar
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hola, yo estudio la carrera de antropologÃa y mi tesis de licenciatura la estoy trabajando con el tema de los payasos asà que me gustraria que me pudieran proporcionar un medio para contactarme con aziz Gual !
soy fotografa y me gustaria contactar a Aziz. Tome un curso con el de risa terapia hace dos años, pero no localizo sus datos
gracias por su apoyo.
Raduy
Hola Aziz Gual es simplemente fastantisco el y el grupo sin paredes estuvo en campeche el año pasado y la verdad quede enamorada de su trabajo.
muchas felicidades señor Gual!
-conchita-