Psicosis decembrina… la Navidad no es como la pintan

Por: Josué Romero — 3 de diciembre, 2017

“Testimonios de los pacientes más singulares cuyo único delito es dejar salir su lado más cachondo, oscuro y sangriento durante la Navidad”.

Si Usted querido lector ya le perdió el gusto al encendido de los árboles navideños en los diferentes centros comerciales, o a ir al bosque a cortar su árbol de navidad y al mercado más cercano para comprar las esferas, foquitos y demás ornamentos para empezarlo a adornar desde el puente del 20 de noviembre.

Y que tal ir a ver cómo le quedó la iluminación “este año” al gobierno de la Ciudad de México, o cantar las mismas canciones navideñas y rematar con el “mira como beben los peces en el río”, déjenme les escribo: ya llego la Psicosis decembrina, una obra no apta para menores, ni para adultos que todavía creen en Santa Claus o en el Niño Dios.

Algunos dirán que Psicosis… es una puesta en escena para fomentar el grinch que muchos llevamos dentro, mientras que otros señalarán que hay que mostrar el lado obscuro de estas fechas porque en la vida no todo es amor y felicidad.

En Interescena solo podemos decir que esta Psicosis… decembrina es un buen pretexto para conocer la depresión, la locura, las patologías, la neurosis y la lujuria, ingredientes de un buen “ponche navideño” que algunos le podrán hacer el fuchi, empero, creemos que puede resultar bastante sabroso y a más de uno se le puede antojar probar esta receta tan especial creada por Eloy Hernández y Haruki Teatro, un espectáculo que este año conmemora su primer lustro de vida como un verdadero antinavideño con sabor a “estoy harto de la enajenación decembrina”.

Además, para este año, sus creadores prometen que por ningún motivo obligarán al respetable a cantar El niño del tambor, pero de lo que no se salvarán los presentes es de una sesión de coaching de vida para alcanzar los logros significativos de nuestra existencia personal y profesional, y para el postre qué les parecería un que otro monólogo lleno de sátira y crítica donde se lucharán a tres caídas sin límite de tiempo contra el espíritu de la Navidad.

Los cuadros antinavideños se basan en los textos de Hiram Molina y propio Eloy Hernández, un dueto que con gran sentido del humor negro, soez y mordaz, nos obligan a reflexionar sobre diferentes temas que están presentes en nuestra vida cotidiana y que poca atención les prestamos, como es el uso y abuso de la tecnología y cuáles deberían ser nuestros límites para no convertirnos en Esclavos del teléfono.

Tambien nos encontramos con el deseo carnal y la lujuria, dos elementos bastante adversos al espíritu navideños que se encuentran presentes en La amorosa, una divertidísima y absurda historieta de amor de oficina entre “la licenciada” y el chofer, que termina mal cuando él quiere enseñarle a pedir posada.

Por si fuera poco, también, nos hacen saber que hay de vendedoras a demostradoras de tiendas departamentales, y no hay nada más divertido que ver a una psicótica a quien se le olvidó tomar sus medicamentos en Alicia en el país de las verguillas, lugar en donde todo se hace grande o pequeño, según sea el caso.

Por último, y no menos festivo, que tal El Santa erótico, una parodia perfecta para el espíritu de la Natividad que versa sobre un desempleado con doble personalidad cuyo único trabajo que pudo conseguir es el de Santa Claus, y como personaje “extraido” de la novela del Doctor Jekill y Mr. Hayde, el Santa se encuentra a su jefe y a su bellísima esposa de compras en un centro comercial y es ahí en donde se cocina un sangriento final.

Del delirio navideño al límite de la locura, es aquel que de la mano Leonora Cohen, Nora Castrejón, Anabel Domínguez e Hiram Medina (estos dos últimos, también se encargan de la dirección de escena) nos depara la Psicos… un verdadero encuentro con el delirio navideño al límite de la locura, con perturbados personajes que ofrecen diferentes testimonios de por qué esta fecha tan tradicional se volvió su peor enemiga.

Psicosis decembrina, no trata de alimentar el espíritu grinch sino de entender que, también, estas fiestas no son como las pintan. Por ello, sin dar más vueltas y empezar a celebrar el mes decembrino reunan a sus amigos en santa peregrinación para llegar al Foro Shakespeare cualquier viernes de diciembre, tenemos hasta el 29, y enchufense en la santa acción de pedir posada, no de fruta, colación y demás dulces… sino de risas de buena voluntad para celebrar con todo el elenco de peregrinos los cinco años de esta Psicosis decembrina, y así tener presente queridos lectores de Interescena, que podemos ser enemigos de la Navidad pero no del ponche frío.