Por: Marcela Chávez — 18 de abril, 2017
El lado más agresivo y lucrativo del ser humano es expuesto en El inmóvil, una comedia ruda que muestra las vicisitudes de tres personajes defraudados por un agente inmobiliario…
El inmóvil representa el lado fresco de un teatro que sin la densidad de un oscuro argumento puede llegar a descubrir esa manera fraudulenta necesidad que ostenta el hombre en su intento por alcanzar su objetivo, como dice Juan Carlos Vives, quien además de ser protagonista, también es el autor y director de esta propuesta que enmarca la celebración de Búho Grande Teatro en su noveno aniversario: “Cada personaje tiene caretas ocultas. Uno da una cara en su profesión, pero da otra cuando se presenta algún problema. La obra aborda cómo somos capaces de quitarnos la careta o ponernos la que sea necesaria para enfrentar una determinada situación”.
El resto del elenco es conformado por dos actrices de primera lÃnea como lo son Emma Dib y Guadalupe Damián quienes acompañan a Vives en este juego teatral donde el chantaje, la amenaza y hasta el hostigamiento aparecen como parte de la cotidianidad de un vendedor de cocinas, una quiropráctica y una mujer esotérica dedicada a la adivinación.
Se trata de tres personajes que llevan el sustento de la historia, empero como buenos actores, los tres representan seis roles más que cierran el cÃrculo de una ingeniosa trama sobre engaños, donde cada uno armará una estrategia para conservar su inversión a como dé lugar, mientras el inmueble será “el inmóvil” testigo de las buenas o malas alianzas por concretar.
De acuerdo con la actriz Emma Dib, “estos personajes descubren que tienen algo que ver y aprovechan lo que saben del otro para defender ese espacio que tanto trabajo les costó conseguir”.
Para construir este enredo de acciones, de personajes y diálogos bastante elaborados, Juan Carlos Vives pensó en un escenario minimalista, creado por Abraham Morales y Raúl Castillo, en el que se observa una estructura metálica a manera de esqueleto de una construcción, una metáfora escenográfica donde se transparentan los conflictos como parte central del argumento, como una vitrina donde “se pueda ver exactamente cómo es el otro, su parte oscura”.
Aquello que representa la acción del individuo que sin pensar descubre esa parte sin luz, que como basura del espÃritu, sin pensar pierde ante su “Yo necesito, yo quiero, yo puedo”. Como dice Guadalupe Damián “Cuando hay dinero de por medio es cuando en verdad conoces a alguien”.
AsÃ, El inmóvil muestra el lado lucrativo del ser humano, expuesto de manera cómica, pero también con tintes dramáticos, ya que los personajes se confrontan consigo mismos y con su pasado. El resultado es una propuesta ágil, con diálogos por momentos hilarantes en los que palabras como ilegalidad e impunidad les resultan familiares a los espectadores.
¿Hasta dónde somos capaces de llegar con tal de obtener lo que queremos? Esta es la interrogante que plantea El inmóvil, una obra para divertirse y reflexionar sobre esa personalidad poco comprensible del ser humano… Un texto que nos hace pensar en nuestro propio comportamiento ante las circunstancias de vida, hay que verla para entenderlo. El inmóvil se presenta los martes, hasta 25 de abril, en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico, una puesta en escena que envuelve al espectador en una telaraña donde nueve alevosos y ventajosos personajes se enfrentarán entre sÃ, dejando ver las coaliciones malsanas que a la larga los llevan a confiar tanto, que pueden llegar a perder… Fotos: Jorge Vargas.
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