Brigada Roja, la violencia vista por Anabel Rodríguez con la estética del anime

Por: Miguel G. Calero — 18 de noviembre, 2016

Escrita por Hiram Molina, Brigada Roja tiene un mensaje de lucha y resistencia sobre la violencia de género que se vive en el contexto actual; violencia que se ha gestado desde antaño y en diversas culturas.

La constante sigue siendo la injusticia y la opresión, por lo que nace la Brigada Roja, una lucha inspirada en hechos reales y contemporáneos, condición que hace de esta puesta algo muy realista, que impacta directo a la cotidianidad.

Brigada Roja, es un proyecto de Haruki Teatro, Espejo Ilusión y Eloy Hernández, que en su estructura escénica cuenta con un elenco talentoso conformado por Erick Barba, Andrómeda Mejía, Nidia Domínguez Díaz, Heimi Riguel, Michelle Temotzin y Russel Álvarez, seis actores que dan vida a una fantástica aventura que gira en un mundo paralelo que nos recuerda a los universos del manga y de la animación japonesa.

Son valientes guerreras de Kung Fu que se preparan en disciplina de cuerpo, mente y espíritu para luchar contra un gobernante despiadado, Karyma Tengu, quien con acciones de terror, asesinato y violaciones masivas a mujeres (y hombres que quieran defenderlas) pretende expandir su reinado e imponer su malvada voluntad.

Solamente estas guerreras y su sensei podrán hacer frente a este reinado de terror… la filosofía de “La senda de la palma abierta” es la guía, la Brigada Roja es su motor.

En su filosofía del teatro, Anabel Rodríguez, muestra que las historias tristes, de un alto grado de desconsuelo, odio y venganza también son los enemigos a vencer. La Brigada Roja está unida para defender el derecho de todo ser para vivir y ser respetado, pero ¿cómo lograrlo?, ¿cómo luchar contra la violencia con más violencia?, ¿acaso hay alternativas pacíficas o diplomáticas cuando estás al borde de la muerte o la denigración total?, ¿qué harías si estás frente a quien mató y destrozó a todos los miembros de tu familia?…

La paz y la justicia son difíciles de encontrar y más de mantener, toda búsqueda comienza y finaliza en uno mismo, sólo así puede ser llevada al mundo exterior. Cabría preguntar entonces, ¿sólo las alternativas radicales pueden ser elementos de cambio en un mundo tan injusto? La sangre es el precio a la respuesta de esta triste pregunta.

Y, en su fecundación escénica de La Brigada Roja, Anabel Rodríguez nos propone un juego de iluminación, proyección y animación que corre a cargo de Edgar Sáchez y Rubén Vera, el cual adjunto a la ambientación musical en vivo de Óscar Acevedo Silva, logra una inmersión del público hacía un mundo oriental.

Que decir del vestuario, que es sensacional y extravagante, en su diseño dibuja una realidad fantástica, rica en símbolos y en guiños hacía una personalidad de anime japonés, tan estridente como apasionado, un concepto que viste la fantasía del personaje, otorgádole la personalidad suprema del todo hasta llegar al límite sin dificultad alguna.

Karla de la Loza es la entrenadora de kendo, una disciplina en la que todos los actores sorprenden por su firme desempeño al mantener la fuerza y la vida combativa que subraya esta obra. Las peleas, los gritos y la acción continua provocan en el espectador una total atención para no perderse ni un segundo de la escena que puede resultar decisiva para la vida o la muerte.

La finalidad de toda esta parafernalia teatral que enmarca la Brigada Roja, son imágenes memorables, diálogos divertidos y exorbitantes demostraciones de artes marciales, para enmarcar una historia de emociones profundas y personajes entrañables.

El Foro La Gruta en el Centro Cultural Helénico abre la invitación a esta puesta en escena que se presentará todos los lunes y martes, hasta el 13 de diciembre, una propuesta adecuada para un público joven, y no tan joven, que gusta de un estilo del anime, sin olvidar que el trasfondo de la dramaturgía de Hiram Molina es llevar al espectador a descubrir una reflexión que habla sobre un mundo desequilibrado por la violencia, la injusticia, la insensatez. Fotos: Jorge Vargas.