Teatro

Antón Araiza, propone una refrescante visión del ser humano

Por: Marcela Chávez — 7 de marzo, 2017

Anton Araiza presenta Bambis Dientes de Leche, con direccion de David Jimenez Sanchez, en la Sala Xavier Villaurrutia, marzo 2017 “A partir de sus vivencias, nos cuestiona acerca de aquello que soñábamos ser cuando éramos niños con una interrogante voraz y contundente: ¿lo hemos logrado?”

David Jiménez Sánchez, lleva al espectador a conocer una historia que comenzó en una fiesta de cumpleaños en pleno año mundialista, en ella, un hombre baila mientras juega futbol y juega futbol mientras trapea… Una fiesta, un baile que nos recuerda que somos el acopio de todo lo que hemos vivido.

Bambis Dientes de Leche, es el título de este monólogo que Antón Araiza como dramaturgo y protagonista, utiliza para hablar de los sueños, las oportunidades y las circunstancias que nos hacen tomar decisiones importantes; en éste recuerda una infancia llena de ilusiones y miedos, y de la libertad de expresar nuestros deseos como medio para alcanzar la felicidad, aunque sea momentánea.

Un soliloquio en cuatro cuadros, donde Araiza hace una revisión de los primeros años de vida del actor; de la influencia de la familia en las decisiones personales; el descubrimiento de una vocación; el futbol y el arte como pasiones inherentes al espíritu humano; temas que el actor en un acto introspectivo explora sus más divertidas y punzantes consecuencias.

Anton Araiza presenta Bambis Dientes de Leche, con direccion de David Jimenez Sanchez, en la Sala Xavier Villaurrutia, marzo 2017 “No es una autobiografía, pero no puedo negar que sí hay en ella episodios imborrables de mi vida, como la reciente muerte de mi padre, el recuerdo de lo increíble que fueron mis fiestas de cumpleaños, la sensación de lograr llenar un álbum del mundial, la experiencia de subirme en un elefante y estar frente a 30 mil personas, formar parte de un equipo infantil de futbol, mi infancia y la enorme felicidad que me da estar en el escenario”, Antón Araiza.

Son cuatro escenas, con una actoralidad específica, cada una con un sistema tonal y rítmico propio. En la primera el actor descubre al personaje en un escenario de comedia stand up donde narra frente al espectador los primeros recuerdos del mundial; en el segundo la narrativa transcurre a través de una coreografía, una secuencia precisa de movimiento/audio que acompañan y contrapuntean los textos de la obra; en el tercero, propone un sistema físico de movimientos escoltado por un trapeador y una cubeta.

Para cerrar el cuarto pasaje del monólogo, Antón Araiza abre un vínculo franco con el espectador, un sistema actoral que establece una charla abierta con el espectador. Escenas que dislocan cualquier mecanismo artificial. Gente que está con gente.

Anton Araiza presenta Bambis Dientes de Leche, con direccion de David Jimenez Sanchez, en la Sala Xavier Villaurrutia, marzo 2017 Bambis Dientes de Leche, cierra temporada hoy martes 7 de febrero en la Sala Xavier Villaurrutia, uno más de los varios ciclos que ha completado desde su estreno en 2014 en La Capilla, el espacio teatral, que dirige Boris Schoemann, donde han surgido muchos de los proyectos más exitosos en la Ciudad de México, como esta producción de Ocho Metros Cúbicos.

Seguramente con el renombre adquirido en este foro de Coyoacán y en el teatro del Centro Cultural del Bosque, pronto se encontrará con otro escenario ya sea de la capital o en alguno más de la provincia mexicana, y tal vez como invitado internacional de uno de esos foros internacionales, uno de esos Festivales que siempre buscan nuevos proyectos que aporten una visión diferente en torno al ser humano.

Porque Bambis dientes de leche no es una obra sobre futbol, es un ejercicio que se construye al centro de la pasión colectiva. Una apuesta de Antón Araiza quien llevado de la mano de David Jiménez Sánchez toma al futbol como un pretexto para hablar de lo que no gusta y de lo que sí apasiona.

Anton Araiza presenta Bambis Dientes de Leche, con direccion de David Jimenez Sanchez, en la Sala Xavier Villaurrutia, marzo 2017 El futbol como un deporte masivo, inconmensurable para sus aficionados y detractores, aquello que levantan la mano para hacerse justicia y exigir que se les dé su lugar, un lugar que, como el teatro, se ocupa de indagar sobre la realidad y los sueños de un hombre que se confronta con aquellas circunstancias que lo motivan o desmotivan a lo largo de su vida.

“Habrá quien sostenga que el teatro y el futbol no tienen punto de encuentro. Mi opinión, muy discutible, es que hasta ahora no había encontrado esas similitudes. La principal es que logran congregar de manera continua a cierta cantidad de seres en un lugar y un tiempo determinados para que sean testigos de un acontecimiento vivo. El futbol y el teatro son algo único”, Antón Araiza.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.