Teatro

Disturbios de lo imposible… un cuento onírico donde se descubre la magia de lo extraordinario

Por: Miguel G. Calero — 3 de noviembre, 2017

Disturbios de lo imposible, con la direccion del ilusionista Makartur y Ana Maria Aparicio, se presenta en el Teatro Carlos Lazo, noviembre 2017. Foto PiliPala “La mente es una habitación con mil puertas, nunca tendremos todas las llaves…” nos dice el presentador cuando acaba de suceder algo que en la vida diaria no podríamos comprender. Pero los aplausos inauditos y los gritos de asombro nos recuerdan que es un espectáculo de magia y que debemos unirnos a las aclamaciones que –sin duda– los prestidigitadores se han ganado con creces.

Disturbios de lo imposible es uno de los espectáculos más completos que he presenciado, una producción tipo varieté conformado por ocho actos y tres preludios realizado por la Asociación Civil Magos Ilusionistas de la UNAM A.C, quienes han preparado todo un despliegue de imaginación para recrear escenas imposibles de creer donde las artes circenses, las cualidades histriónicas y la habilidad de burlar las leyes naturales no son un problema para este grupo de increíbles talentos.

Disturbios de lo imposible, con la direccion del ilusionista Makartur y Ana Maria Aparicio, se presenta en el Teatro Carlos Lazo, noviembre 2017. Foto PiliPala Los distintos números que conforman Disturbios de lo imposible son escenas particulares presentadas de tal manera para que el asombro aumenté de nivel conforme trascurre la historia, una especie de cuento onírico en el que saltas de un episodio al otro y no sabes cómo llegaste a esa situación, mas las imágenes son imborrables para el recuerdo y la coherencia no importa, todo lo que se necesita es la capacidad de ver lo imposible.

Es esa sensación que todos hemos experimentado cuando sabemos de antemano que somos parte de un hecho de ficción pero ésta se convierte poco a poco en algo completamente real, el sueño deja de serlo para convertirse en misterio y permitir al público ser parte del espectáculo mismo.

Y es que hay que decirlo, Disturbios de lo imposible es un montaje donde todo obedece a un ¿por qué? historia, interpretaciones de los artistas y el público que poco a poco termina involucrado en cada acto. Además de las fantásticas cosas que se ven, se tiene una sincronía sorprendente con el acompañamiento musical.

Disturbios de lo imposible, con la direccion del ilusionista Makartur y Ana Maria Aparicio, se presenta en el Teatro Carlos Lazo, noviembre 2017. Foto PiliPala La ejecución por sí sola podría ser un espectáculo, pero desde la penumbra el ritmo y la fantasía del movimiento crean una atmósfera aún más mística que logra encontrarnos con el suspenso y el asombro, en espera e intriga o en satisfacción y regocijo.

Es así que los músicos Charlie Lavín (guitarra), Neuma Aranda (percusiones), Astrid Riva (bajo), Javier Arrivillaga López (teclado) y María Cantora (autora e intérprete) provocan una sensibilidad completamente extraordinaria en el espectador, ya que sin certeza completa del tiempo y de aquello que sucede en el escenario logran acoplarse más allá de las partituras y los ritmos marcados.

Bajo la dirección del ilusionista Makartur, en el área mágica, Disturbios de lo imposible únicamente tendrá dos funciones más (sábado 4 de noviembre y viernes 1 de diciembre) en el Teatro Carlos Lazo de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, un espectáculo de magia que como dice Ana Maria Aparicio, quien se encarga de la dirección de escena: “apela por la posibilidad de confrontar a las normas de la mente. Pues la magia hace posible, lo imposible. Y así las barreras de la mente se quebrantan y el espíritu se sublima”.

Disturbios de lo imposible, con la direccion del ilusionista Makartur y Ana Maria Aparicio, se presenta en el Teatro Carlos Lazo, noviembre 2017. Foto PiliPala Un producción teatral donde la magia y los actos circenses de Alejandro Bastien, Rebeca Villacorta, Saúl Muzzatré, Jorge Chávez Caballero y Alex Pizano son realzados por el vestuario de Libertad Mardel, Monserrat Mejía y Raquel Saabe. y que decir de la iluminación de Elizabeth L. Aldany que subraya cada escena de este espectáculo que en su totalidad es simplemente mágico.

“La realidad no es más que un sueño, no es más que un cuento que reciclamos a través del tiempo” nos dice la canción final que cierra de forma mística el clímax y el vaivén de emociones ya vividas. Al final no queda más que reconocer que hay un sinfín de cosas que no entendemos, y hasta el más escéptico reconoce que el talento y la capacidad de crear ilusiones fantásticas está contra la lógica cotidiana. Disturbios del imposible atiende a aquello que con facilidad olvidamos. Cuando el trabajo es duro y muchas horas de entrenamiento respaldan la ilusión, la fantasía y el asombro logran atrapar al espectador más incrédulo. Fotos: Pili Pala @pala_pili.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.