Por: Enrique R. Mirabal — 1 de agosto, 2016
Carlos Miguel Prieto, director artÃstico de la Orquesta Sinfónica de MinerÃa (OSM) retoma el podio al frente de su agrupación durante el último tramo de la Temporada 2016. Ante un repertorio diverso en cuanto a épocas, estilos y estructuras musicales, tendrá oportunidad de mostrar su ductilidad y acierto para dirigir obras tan disÃmiles como las del primer concierto de agosto (sábado 6 y domingo 7) en el que comenzará con Sensemayá de Silvestre Revueltas, una apoteosis de ritmos in crescendo continuo hasta un final único en la música mexicana de su tiempo (1938) que resume la ascendencia que Stravinsky ejerció sobre toda la música del siglo XX, en especial, de la primera mitad.
En lo que pudiera definirse como un muestrario de los distintos caminos seleccionados para navegar en la modernidad hasta consolidar las diferentes tendencias, Prokofiev está presente en este mismo concierto con una selección de su ballet Romeo y Julieta que comenzó a componer en 1935, pasó por varias revisiones y, de la partitura final, extrajo, al menos, tres suites.
El ruso Sergei Prokofiev formó parte de la vanguardia mencionada que compartió, a cierta distancia, con Stravinsky, Bartok, el Grupo de Los Seis, Ravel y los inicios de la Segunda escuela vienesa.
En su regreso a la Unión Soviética, padeció la mezquindad de las autoridades stalinistas y se produce un giro que algunos consideran como una capitulación y otros, como una variante de su genialidad y sus dotes de gran creador y orquestador (difÃcil es encontrar un ruso con orquestación deficiente).
Finaliza este sexto programa de la Temporada con el poema sinfónico Don Quijote de Richard Strauss, una deferencia de la Sinfónica de MinerÃa con el español universal que cumple 400 años de muerto en 2016.
El poema sinfónico Don Quijote está escrito a manera de tema y variaciones, en este caso a cargo de un cello que representa al Quijote, en manos del cellista invitado Alban Gerhardt. Strauss representa la continuidad del sinfonismo germano y de los postulados wagnerianos llevados por el compositor de una manera respetuosa pero incorporando texturas y armonÃas del siglo XX.
El séptimo par de conciertos (sábado 13 y domingo 14) tiene un atractivo adicional, la inclusión de un compositor francés, (casi) siempre ausente de la programación habitual de las orquestas mexicanas y de otras latitudes, Henri Dutilleux (1916-2013).
A cien años de su nacimiento, Dutilleux no acaba de recibir el reconocimiento merecido por su trabajo constante en pro de la actualización de la música francesa en el siglo en que le tocó crear.
Métaboles, pieza seleccionada para iniciar este programa, estrenada en 1965, es un ejemplo de su individualidad en el panorama de la música francesa de la segunda mitad del siglo XX.
En ella, el autor juega con una orquestación variada en cada uno de sus cinco movimientos. A partir de esta obra, su inclusión entre los músicos de vanguardia fue ganando un lugar y el reconocimiento del gurú Pierre Boulez.
En este programa, el pianista Jean-Yves Thibaudet se encarga del Quinto concierto para piano y orquesta de Camille Saint-Saëns, el más agitado de los cinco que compuso y con una supuesta inspiración en temas egipcios (sabrÃan los faraones de qué se trata). Thibaudet es uno de los más respetados pianistas franceses y nos tocará este Egipcio concierto que escuchamos años atrás interpretado por Pascal Rogé.
Finaliza la jornada de OSM con la SinfonÃa fantástica de Hector Berlioz, un derroche de música programática y bellas melodÃas entre las que destaca el vals que ocupa por completo el segundo movimiento.
El sábado 20 y el domingo 21, hay una variante de los conciertos habituales con el estreno mundial de Stars, obra comisionada por la OSM a Adam Shoenberg, joven músico estadounidense al que tendremos oportunidad de calibrar en cuanto a proyección a futuro. Inusual también en nuestras salas, es el Concierto para violÃn de Samuel Barber que en este octavo programa será interpretado por James Ehnes como solista invitado.
Barber es más conocido por algunas de sus óperas (Cleopatra), el socorrido Adagio y la Danza de la venganza de Medea, identificada por siempre con la bailarina y coreógrafa Martha Graham.
Sin llegar a extremos de ruptura, Barber ocupó un lugar preeminente en la música norteamericana del siglo XX y, al igual que su inseparable Gian Carlo Menotti, es un compositor a considerar por el público y los historiadores.
La obra maestra de la sesión es, sin discusión alguna, el Concierto para orquesta de Bela Bartók, un concierto cuyo solista es la propia orquesta y, al igual que toda la producción de su autor, fundamental en el devenir de la música del siglo XX y de todos los tiempos, recordada siempre por el anecdótico y fugaz homenaje sarcástico a Shostakóvich.
El gran cierre de la Orquesta Sinfónica de MinerÃa en su Temporada Verano 2016, será la Gala del viernes 28, el sábado 27 y el domingo 28 de agosto. Como habÃamos mencionado, los invitados de honor son los virtuosos violinistas Vadim Gluzman y Philippe Quint tocando a Ravel, Sarasate y Moritz Moszkovski, famoso por sus espléndidos valses y piezas para piano.
La ofrenda final, la Suite de la ópera Treemonisha (1911) de Scott Joplin (1868-1917), la primera ópera enteramente de temática negra escrita por un afroamericano que todos asocian al ragtime pero que tuvo una considerable formación musical y mucho talento, en tiempos de difÃcil desarrollo para una persona de su color y condición social en Estados Unidos de América. Invitados especiales, los integrantes del New Orleans Black Chorale que, para finalizar, cantarán varios spirituals. Hasta aquà los conciertos de este Verano 2016 con la Orquesta Sinfónica de MinerÃa, nos vemos en el 2017, centésimo aniversario de la muerte de Joplin.
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observen las fechas, solo como dato…”El gran cierre de la Orquesta Sinfónica de MinerÃa en su Temporada Verano 2016, será la Gala del viernes 28, el sábado 27 y el domingo 28 de agosto.”???