La danza está de luto, Lin Durán nos dice adiós, ahora baila con los ángeles y los arcángeles

Por: Claudia Magun — 23 de abril, 2014

Lin Duran (Chihuahua 1928), quien fuera bailarina, coreografa e investigadora fallecio el pasado miercoles 16 de abril de 2014. Descance en paz. “Lin Durán pensó el mundo desde la danza. Reivindicó el valor de la experiencia dancística. Nos entregó mucho como maestra y formadora de centros académicos y dancísticos. Para ella resultaron clave conceptos como la noción del juego, el respeto al otro y el desarrollo de los hallazgos. Reflexionó fundamentalmente sobre la danza y siempre fue cercana a los creadores”, Javier Contreras, director del CICO.

Aquellos que acostumbramos asistir a las funciones de danza, ya sean las del INBA, las de la UNAM o las programadas en los espacios de la Secretaria de Cultura del DF o del Centro Nacional de las Artes, recordamos a Lin Durán como una de las constantes a estas presentaciones.

Sin importar que fuera un evento de gran trascendencia o un grupo de bajo presupuesto, la maestra estaba ahí… pero además la sabemos como una de las principales protagonistas de este bello arte y una de las personas que más sabía sobre su historia y acontecer, tanto en México como en el mundo, pero sobre todo la recordamos por su amable trato y buena educación, Lin Duran siempre fue y será como ser humano y como profesional muy querida y respetada…

Lin Duran (Chihuahua 1928), quien fuera bailarina, coreografa e investigadora fallecio el pasado miercoles 16 de abril de 2014. Descance en paz Lin Durán, falleció el pasado miércoles 16 de abril, quien fuera bailarina, coreógrafa e investigadora se despidió de este mundo dejando a toda la comunidad dancística consternada porque si para su familia y amigos significó una gran pérdida, para la danza, en este país, su fallecimiento supone un ausencia, una falta de referencia, con su partida se fue toda una institución porque la bien llamada “el cerebro de la danza en México” no sólo era parte de los cimientos de lo que hoy sucede en los escenarios de la danza, también es un bastión en la historia cultural de este país, su labor artística y docente ha permeado a muchas de generaciones que hicieron de sus enseñanzas una carrera y hasta una forma de vida.

“Lin Durán merece la gratitud y el recuerdo de todos los que formamos la comunidad dancística de México, pues sin la labor pionera de personas como ella no tendríamos las instituciones en las que nos hemos formado. Descanse en paz”, Elisa Carrillo.

Lin Duran (Chihuahua 1928), quien fuera bailarina, coreografa e investigadora fallecio el pasado miercoles 16 de abril de 2014. Descance en paz. La larga y trascendente trayectoria de Lin Durán –quien nació el 18 de marzo de 1928 en Chihuahua– se remonta a más de medio siglo, fue una de las más destacadas bailarinas de la época de oro de la danza mexicana y cofundadora de importantes instituciones, como la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea; el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de la Danza José Limón (Cenidi Danza) y el Centro Superior de Coreografía, que posteriormente se convirtió en el Centro de Investigación Coreográfica.

Su vocación artística la descubrió a través del teatro –en el método Stanislavski–, en 1945 se inició con uno de los grandes maestros de esta disciplina, Seki Sano. Fue por medio de éste que entró en el ámbito de la danza. Pero su vocación por el baile la descubrió gracias a Guillermina Bravo, hasta llegar al ballet de Waldeen. Esto la llevó a participar en la formación de la Academia de la Danza Mexicana –fundada por Carlos Chávez– y más tarde con el Ballet Nacional de México, con el cual realizó la histórica gira a Cuba que ésta compañía realizó en 1960.

Lin Duran (Chihuahua 1928), quien fuera bailarina, coreografa e investigadora fallecio el pasado miercoles 16 de abril de 2014. Descance en paz Con este ensamble se le recuerda por sus diferentes interpretaciones en obras como La pastorela, La iniciada, En la boda, El bautizo, Fuerza motriz, Carta a las madres del mundo, Guernica, La nube estéril, El amor amoroso, Juan Calavera y Corrido del sol. Además, se inició como coreógrafa con la piezas: Sonata (1953) y El cuarto concierto de Brandenburgo (1957).

Fue a partir de 1960 que trabajó –por una década¬ como cronista y crítica de danza en publicaciones como la Revista de la Universidad y el suplemento cultural de Ovaciones.

Como maestra se desempeñó en la Academia de la Danza Mexicana y en el Seminario de Danza Contemporánea. Fue directora del Cenidi Danza, donde creó el diplomado en docencia e investigación de la danza. Asimismo, publicó varios libros, entre ellos La humanización de la danza, La danza mexicana en los sesenta y El manual del coreógrafo. En 1985 diseñó el área de danza de las Escuelas Vocacionales de Arte. Siempre preocupada por la formación de los bailarines, diseñó diversos planes de estudio en esta disciplina.

Lin Duran (Chihuahua 1928), quien fuera bailarina, coreografa e investigadora fallecio el pasado miercoles 16 de abril de 2014. Descance en paz “Para Lin Durán no sólo se trataba de bailar bien sino formar buenos coreógrafos, que la danza tenga qué decir, decirlo bien y decirlo con toda la energía y cualidades que tiene la expresión dancística. Sus clases salían de lo convencional porque eran pensadas y hechas para coreógrafos, es decir, para quienes se van a expresar a través de la danza”, declaraba la maestra Tania Álvarez en el homenaje realizado a la maestra en junio del 2013.

Todo este camino andado y arado fue reconocido en 2008, con la Medalla Bellas Artes y en 2013, también el Centro de Investigación Coreográfica del INBA (CICO), le rindió un merecido homenaje al reconocer su trayectoria por más de cinco décadas.

En un arte tan efímero como es la danza, su fallecimiento sumado al de los maestros Guillermo Arriaga y Guillermina Bravo, nos deja escasos de héroes –son pocos los quedan– sin puntos de referencia donde mirar y reconocernos… Con Lin Durán muere toda una época y en estos tiempos en que la danza ya no se baila, nos deja sin historia. La extrañaremos maestra, en los escenarios, en la butaca pero más en esos puntos de encuentro donde usted invitaba a la reflexión, en las aulas, en los pasillos y hasta en esos breves momentos donde todos aprendimos de usted.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.