Infantil

Kikiricaja, una entrañable historia de amistad

Por: Josué Romero — 20 de octubre, 2016

Inmigrantes Teatro presenta Kikiricaja, obra de Raymundo Garduno, en el Teatro El Granero, octubre 2016 “Es una obra en la que se plantean valores por demás importantes en nuestros días, pero también los miedos que de niños nos envuelven”, Ray Garduño.

Si fuera de las personas que se toma demasiado en serio las cosas les escribiría en esta reseña que el sábado pasado vimos una puesta en escena muy inteligente e ingeniosa que se sustenta en un juego lleno de imaginación y que… En fin, sólo quiero decir que Kikiricaja es una sensible radiografía de la amistad.

Que es una gran apuesta teatral la que vivimos y sentimos el sábado pasado cuando estuvimos en el Teatro El Granero Xavier Rojas. Cuando terminó, aplaudimos hasta que nos cansamos. Estábamos tan emocionados que el Romero uno (su servidor) y el Romero tres (el pequeño Manolo) salimos del teatro con los brazos abiertos. Extendidos. Habíamos aprendido a navegar y, también a volar con Kikiricaja.

Inmigrantes Teatro presenta Kikiricaja, obra de Raymundo Garduno, en el Teatro El Granero, octubre 2016 Escrita y dirigida por Raymundo Garduño (a partir de un texto de Miguel Garrido), Kikiricaja es la historia más común de las historias –que incluso nos ha pasado a cada uno de nosotros– y sin embargo es extraordinaria por su pasión imaginativa. De verdad que además de divertida, es una excelente reflexión sobre los valores de la amistad y una perfecta muestra de lo que representa la fantasía en el desarrollo de los pequeños.

“Es una divertida aventura que transcurre entre el gesto, el humor y la creatividad de sus protagonistas, donde lo mejor y lo más divertido es la compañía de un buen amigo”, Raymundo Garduño.

En esta producción de Inmigrantes Teatro –radicada en Tijuana–, los actores recrean una singular historia sobre dos personajes que se la pasan inventando nuevos mundos, viajes y aventuras: Comino (Ariadnalí de la Peña) y Bartolomeus (Miguel Ángel Rodríguez). Ambos viven en su caja. Son vecinos y su vida no es diferente a la de nosotros. Se despiertan, se lavan, se arreglan y empiezan a jugar… porque es a partir del juego que se relacionan y se aventuran con la ayuda de sus queridas cajas.

Inmigrantes Teatro presenta Kikiricaja, obra de Raymundo Garduno, en el Teatro El Granero, octubre 2016 Las cajas, son unos elementos teatrales magníficos que con un poquito de ayuda se vuelven mágicas y se transforman casi, casi, en cualquier cosa. Por ejemplo, con unos cuantos golpecitos y en un abrir y cerrar de sus lados laterales, una de ellas se transforma en un gran circo. De sus puertas empiezan a desfilar personajes increíbles que hacen los más espectaculares –y bobos– actos circenses.

También, con moverle aquí y cerrarle allá y asegurar por acullá, la caja se convierte en un gran barco que navega tranquilamente por los siete mares hasta que las aguas se llenan de tiburones, o se alerta cuando por el horizonte aparece un barco pirata. Así, la magia del teatro se da y la imaginación no tiene límites. Porque ¿quién necesita tomar un avión cuando la caja puede ser un cohete espacial y viajar a gran velocidad?

Sin embargo no todo es jugar en el escenario, también existen los personajes siniestros (Andrés Franco) que llegan a molestar con sus impertinencias, como poner en peligro la amistad de Bartolomeus y Cominio… ¿Será verdad?

Inmigrantes Teatro presenta Kikiricaja, obra de Raymundo Garduno, en el Teatro El Granero, octubre 2016 Quisiera poder decirles otro poco más sobre lo que pasa en Kikiricaja, pero no pienso escribir más, pues quiero dejarlos “picados” para que se animen a ir al Teatro El Granero, ese que está en el Centro Cultural del Bosque y descubran una entrañable historia de amistad, llena de grandes y pequeños momentos. Así que ya saben, si ustedes fueron de los afortunados en jugar con aquella caja del televisor, del refrigerador o de la lavadora, entonces sí saben de lo que estamos hablando.

Y si ustedes no lo hicieron, ni sus hijos tampoco, pues no se desanimen, aún hay cuatro funciones más (el domingo 30 de octubre es la última oportunidad) y vengan a jugar con Kikiricaja, les aseguramos los Romero uno y tres, que, al igual que nosotros, saldrán del teatro con los brazos extendidos, agradecidos de aprender a navegar y a volar en un abrir y cerrar de ojos.

Una respuesta a “Kikiricaja, una entrañable historia de amistad”

  1. buenas días, les escribo desde Venezuela, tenemos una amistades que tuvieron la oportunidad de ver este trabajo y nos impregnaron con su entusiasmo y emoción, y nosotros somos un grupo de provincia y en el medio de estas dificultades, nos gustaría poder tener el texto con la posibilidad de montarlo, mucho sabríamos agradecer, saludos y gracias

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.