Zaide Silva Gutiérrez, se cuestiona sobre cuál es el sentido que tiene la vida

Por: Interescena informa — 27 de noviembre, 2017

Una visita al salón de belleza para cortarse el cabello es el principio del fin para Toña. Mientras, asiste a la estética con Pierre, su marido conocía a otra mujer en un viaje de trabajo…

¿Qué pasó?, ¿qué hizo mal?, ¿por qué su esposo se enamoró de otra mujer?, ¿tendrá que dar explicaciones a los demás?, ¿tiene algo de malo estar sola e independiente? Este torbellino de dudas, emociones y sinsentidos son las que atormentan a la protagonista de este monólogo, quien deambula en las calles y al interior de su casa sumergida en sí misma intentando encontrar alguna solución.

Toña, la protagonista de esta puesta escénica Hasta la China fueron a dar mis mechas con el ventarrón, presenta un ejercicio teatral que surge de la pluma del novelista y periodista israelí Amos Oz, quien con humor e ironía aborda la historia de una mujer que luego de ser abandonada por su esposo comienza a cuestionarse el sentido de su vida.

Toña, es caracterizada por la actriz Zaide Silva Gutiérrez, quien ofrece una notable interpretación en este monólogo que se descubre como ese destino tragicómico que el teatro concede al encontrarse con un texto donde además de contenido se sustenta en la causticidad de la palabra y eso es lo que sucede con esta serie de anécdotas, narradas en primera persona, que provocan reflexiones sobre el papel de las mujeres en la sociedad actual donde el machismo y la desigualdad predominan.

Además, de ese sentido que se percibe sobre el desconsuelo y desamparo que provoca el desamor en el personaje, también se habla sobre la desesperación de no entender lo que sucede y las distintas fases del duelo ante la pérdida de un ser querido.

Hasta la China fueron a dar mis mechas con el ventarrón, se presenta los miércoles (hasta el 13 de diciembre) en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico, un soliloquio donde la historia de Toña llega al escenario con la dirección de Otto Minera, y el apoyo del diseño escenográfico de Jorge Kuri y el vestuario de Estela Fagoaga

Un texto de Amos Oz, que nos plantea una pregunta o una respuesta sobre por qué “la mente se puede convertir en nuestro peor enemigo con pensamientos negativos que se repiten una y otra vez”

Treinta años de matrimonio perdidos entre listas de supermercado, zapatos desperdigados y un sinfín de pañuelos desechables en una obra donde las expectativas e inquietudes de la protagonista poco a poco se van desmoronando al igual que una silla de madera que se encuentra al centro del escenario… Fotos: Jorge Vargas.