The old king… provocadora metamorfosis corporal

Por: Susana Fernández — 10 de mayo, 2013

En el marco del FMX Festival de México en el Centro Histórico, la compañía belga Les Ballets C de la B presenta en nuestro país The old king, espectáculo creado por el coreógrafo Miguel Moreira y el bailarín Romeu Runa, los días 10, 11 y 12 de mayo en el Teatro de la Ciudad.

En un ambiente internacional donde pareciera que la danza está redefiniendo rumbos que no necesariamente se mantienen dentro de los parámetros tradicionales, la propuesta del joven portugués Miguel Moreira representa una expresión orgánica donde el hombre se convierte en un ser animal, una transformación que obedece a instintos más que a razonamientos.

En un escenario oscuro donde las percusiones convocan a seres primitivos, el bailarín Romeu Runa experimenta frente a nosotros una metamorfosis que atrapa la atención del público desde que sale a escena, se trata de un elaborado lenguaje corporal donde el movimiento lo lleva por una extensa ruta expresiva que pasa de una difícil posición a otra más.

Dirigida por Miguel Moreira, la obra está inspirada en un conjunto de fotografías de Daniel Blaufuks —que muestran, entre otros, un cuerpo distorsionado, y un hombre deprimido con libros como Sexual Personae de Camille Paglia, entre las piernas— y se sitúa en un ambiente que evoca el fin del mundo, donde un hombre que ha sido abandonado por Dios reflexiona sobre sí mismo y lo que le rodea, y lucha con sus pensamientos en una búsqueda desesperada por construir un discurso que le permita saber que aún hay algún tipo de comportamiento colectivo.

De ninguna manera es una imagen agradable –de hecho va orillando la atención a la frontera de la violencia–, empero no por eso deja de ser sorprendente e hipnotizante para el espectador que va construyendo –de acuerdo a las experiencias y los propios deseos— una historia que mucho o nada tiene que ver con lo que sucede frente a nosotros. Aquí entran todas las lecturas posibles porque el trabajo de Runa atraviesa un sin fin de expresiones para las que puede haber más de una interpretación, aquí radica su sentido de libertad. The old king es sobre todo un trabajo dirigido a las sensaciones, a las emociones, a aquello que te conmueve como ser humano.

En conferencia de prensa Moreira, explicó que este trabajo ha sido presentado en diferentes escenarios y que cada vez que ha tenido oportunidad de compartirlo con el público, siempre han recibo comentarios totalmente opuestos.

En The old king, la atmósfera adquiere otro matiz cuando de la orilla surge el propio Moreira para disparar agua sobre el intérprete, en una fusión donde la música (percusiones en su mayoría) y la luz se conjugan para crear imágenes surgidas de la fantasía, Romeu es avasallado por el torrente de agua, mientras somos testigos de su transformación… Él logra erguirse venciendo sus miedos para transformarse y retar su propia condición.

Manos, cara, torso, piernas, todo su cuerpo es una expresión latente que convulsiona y lucha por volver a ponerse de pie. ¿Acaso no todos los seres humanos hemos luchado así alguna vez en nuestra propia existencia?

The old king no es una “tradicional” puesta dancística pero derrocha movimiento, no es agradable pero confronta y nos obliga a la reflexión sobre la condición de la danza misma. Aquí hay técnica, discurso, disciplina y una gran demostración de danza porque mientras transcurre la historia vemos a Romeu Runa convertirse en un ser animal que lo mismo evoca una araña, un reptil, un ave o un ente extraño, fantástico e irreal, se trata de una gran trabajo interpretativo que requiere de una profundo conocimiento del cuerpo, de concentración, disciplina y entrega.

Podemos decir –desde nuestro particular punto de vista–, que The old king es un ejercicio que surge desde lo más profundo del creador e intérprete para concretar un espectáculo que coquetea con el llamado “teatro del cuerpo” pero que más allá de etiquetas te atrapa y te lleva a pensar en los nuevos rumbos de la danza que hoy se propone en los escenarios del siglo XXI.

Según los críticos, la propuesta de Les ballets C de la B es inclasificable, justo por la diversidad de lenguajes, estéticas y técnicas que proponen los coreógrafos. Por ello, su fundador Alain Platel ha dicho que el lema que define a la agrupación es: “Esta danza es para el mundo, y el mundo es para todos”. Su estilo, a decir de la prensa especializada y el cual suscribimos sin temor, se define como popular, anárquico, ecléctico y comprometido. Se trata de una agrupación en la que conviven artistas de distintas disciplinas y formación, y en la que la libertad es una premisa esencial.

Como escaparate de las propuestas más vanguardistas que se generan en los distintos ámbitos artísticos, el FMX Festival de México en el Centro Histórico es el marco idóneo para presentar el trabajo del portugués Miguel Moreira y el bailarín Romeu Runa, un discurso corporal que se sitúa en un ambiente que evoca el fin del mundo y aún así no carece de esperanza.

“La libertad es un aspecto muy importante para la compañía y para la obra que presentaremos en México. Fue concebida a partir de las fotografías de Daniel Blaufuks. Lo que en ella abordamos es la lucha de un hombre que trata de comprender su existencia, de entender por qué está vivo, es un diálogo muy fuerte, cuyo tema es muy importante para el mundo. Es un personaje que busca cómo lograr que el mundo sea mejor, creo que se trata de un mensaje para todos”, Miguel Moreira.