Danza

La casa de Betty, nuevo proyecto de Duane Cochran

Por: C. Magun y S. Fernández — 1 de agosto, 2010

Aksenti Danza Contemporánea presenta La casa de Betty, coreografía de Duane Cochran, en el Teatro de la Danza, agosto 2010 Artista multidisciplinario y un amante de la danza que en su ejercicio logra transmitir pasión y gusto, Duane Cochran, fundador y director de la compañía Aksenti Danza Contemporánea se lanza de nueva cuenta al escenario con un estreno que enriquece su propuesta estética.

La casa de Betty, título de este nuevo proyecto inspirado en la pintura homónima del artista Rafael Zamarripa, es un trabajo que expresa la amalgama de emociones plasmadas en la obra plástica para emularlas a través de una estética abstracta donde se desenvuelven distintos protagonistas.

Con motivo de este trabajo que se presentará este mes en el Teatro de la Danza, InterEscena habló con el coreógrafo sobre las características de esta nueva producción.

¿Qué representa el estreno de La casa de Betty para ti y la compañía?
D.C: Esta propuesta me surgió como proyecto desde hace siete años, así que representa el final de un largo proyecto de gestación, evolución y la unión del esfuerzo y talento de todo un equipo creativo, involucrado a fondo con la propuesta. Hoy se concreta gracias al apoyo de FONCA, INBA y Consecuencias Publicitarias. En ella abordé el trabajo de una manera muy diferente a la que normalmente acostumbro”.

“Además de experimentar con el lenguaje teatral, también representa un deseo personal de renovar mi propuesta. Todo el equipo ha trabajado conmigo durante el montaje, permitiendo una gran comunicación y compenetración con la obra”.

Aksenti Danza Contemporánea presenta La casa de Betty, coreografía de Duane Cochran, en el Teatro de la Danza, agosto 2010 ¿Qué tanto influye la plástica en la concepción de las imágenes que creas para esta coreografía?
D.C: La lectura que hice de la obra de Zamarripa no es literal, sin embargo podemos observar la pintura del maestro en la escenografía, reinterpretada y adecuada al espacio escénico, en la trama que se desarrolla y en la estética abstracta que define la obra en su conjunto. La pintura de Zamarripa muestra una variedad de personajes en actitudes que representan diferentes emociones. La coreografía emula la pintura al mostrar estas emociones en una serie de danzas. La música de Peter Kruder y el vestuario concebido por Juan Carlos Barriopedro apoyan la historia y le dan carácter a cada escena individual.

Con tu amor incondicional por la música y con tu marcado coqueteo con el hecho dramático, ¿qué es más importante para ti, una historia que contar o mantener un lenguaje corporal que atraiga y mantenga la atención del espectador?
D.C: Para mí siempre han sido importantes los dos aspectos. El lenguaje corporal es una expresión personal y desarrollar un espectáculo que atraiga y entretenga a quien lo presencia es esencial. Sin embargo, me parece que las propuestas no pueden ser meramente formales, deben sustentarse con una historia que motive la reflexión y el pensamiento del espectador y que le de sentido a la propuesta dancística.

Aksenti Danza Contemporánea presenta La casa de Betty, coreografía de Duane Cochran, en el Teatro de la Danza, agosto 2010 ¿En qué consistió el desarrollo teatral que realizó Hilda Valencia para este trabajo?
D.C: Este proyecto representa innovaciones y retos para todos en la compañía. Mis bailarines están obligándose a representar un personaje además de realizar su trabajo en la parte de la danza, Hilda trabaja sobre las ideas que yo estoy representando, desarrollando ejercicios específicos durante los ensayos, un factor que resultó decisivo para lograr una buena representación. Los intérpretes hacen diferentes ejercicios, para poder relajarse, personificarse adecuadamente y tener la expresión y sonoridad adecuadas en la voz para la presentación en el foro.

La danza es una expresión que se nutre de pasiones ¿cómo describirías la pasión que sientes por el lenguaje corporal?
D.C: Yo me apasiono por la creación. Hacer algo de la nada representa una de mis más grandes pasiones, porque trabajo con mi imaginación. Es como una semilla, desde que es una idea y meses después cobra forma en una obra completa resultado de un trabajo personal de búsqueda, inspiración, investigación y experimentación. Por otra parte, la naturaleza misma de la danza es una pasión, el tiempo en que bailas es un momento de libertad, donde el cuerpo se expresa en todo su potencial dentro del espacio, dentro del aire; como un pájaro.

Con la interpretación de Dominga Martínez, Mitzy Dávalos, Rodolfo Aguilera y Fernando Miranda; el trabajo escenográfico de Alejandro Correa y el talento de Jésica Elizondo en la iluminación, La casa de Betty se presentará en el Teatro de la Danza del Centro Cultural del Bosque del 20 al 22 de agosto.

En el género dancístico nacional donde ocurren dos hechos constantes: por un lado, algunas compañías mantienen un discurso estático que poco evoluciona y no atiende a otros universos, por el otro lado, en busca de innovar fusionan el lenguaje a tal grado que en ocasiones llega incluso a perderse, sin embargo en el caso de Duane Cochran siempre es gratificante encontrar el gusto por la danza como expresión y detonador de emociones. Fotos: Miguel Ángel Medina

3 respuestas a “La casa de Betty, nuevo proyecto de Duane Cochran”

  1. Jésica Elizondo dice:

    Hola
    Tienen el crédito de iluminación mal, yo hice ese trabajo y mi apellido es Elizondo no Sandoval, agradecería mucho si lo pueden corregir.
    Saludos

  2. Claudia Magun dice:

    Disculpe el error, ya hicimos la corrección. Gracias por visitar Interescena.

  3. Simoneé Romero dice:

    hola! quisiera saber con exactitud donde y cuando se presenta esta interesante propuesta.
    Gracias!

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.