Danza

Isabel Beteta… Veinte años después en La Cantera

Por: Jazmín Aguilar — 29 de abril, 2013

Isabel Beteta… Veinte años después, la danza Recuerdos y A la sombra del alba son el reflejo de un gran trabajo. Nemian Danza Escénica presentó A la Sombra del Alba en La Cantera, abril 2013

La Compañía Nemian Danza Escénica dirigida por la coreógrafa y bailarina Isabel Beteta celebró su XX aniversario en el estudio de danza La Cantera con dos estupendas interpretaciones, Recuerdos (esos fragmentos de vida) de Rosario Verea e Isabel Beteta y A la Sombra del Alba de Javier Amado en colaboración con la misma Beteta. Una buena elección para festejar dos décadas de vida.

El repertorio de la Nemian se ha caracterizado por tener una propuesta estética basada en la creación de imágenes poéticas y en el trabajo con objetos diversos y materiales que, con un valor simbólico, enriquecen al movimiento corporal y a la composición.

Todo se manifiesta desde que tomas tu lugar y percibes que hay una mujer de espaldas, en medio del escenario rodeada por una gran tela obscura suspendida en el aire, ocasionando una atmósfera enigmática. Las luces se apagan y comienza la función, de fondo música flamenca inunda el recinto y se hace presente la voz firme de la oculta intérprete que entona los altibajos clásicos en este estilo musical, empieza a dar pasos largos por todo el escenario dejando al descubierto seres que yacían ocultos dentro de la negra burbuja de viento.

Mientras el volumen sube, el ritmo se hace presente, impulsando el movimiento sublime y claro del cuerpo de los integrantes, un traje negro se ajusta a su piel, dando la impresión de que sus roles han cambiado superficialmente, en las mujeres la simplicidad y la elegancia forra su atuendo y en los hombres un perceptible escote deja al descubierto su ausencia de feminidad.

La historia principia a tejerse, la mirada en un punto fijo de la protagonista penetra la audiencia, transmitiendo dolor y angustia, el pasado ha regresado en forma de recuerdo, como dice aquella frase “recordar es volver a vivir”. De un segundo a otro se transporta a una etapa de su vida donde el amor amarga su corazón, trata de ignorarlo como quien no quiere ver la escena de terror que más le atemoriza, lucha contra aquel fantasma culpable de su destino en una pelea que sólo queda en la imaginación.

Librándose de aquel doloroso espectro, se haya con quien más le intimida reencontrarse, ella misma, tal como si fuera un espejo retrocedido en el tiempo, su juventud se hace presente y las máscaras desaparecen, un reclamo latente protagoniza su encuentro, dejándonos claro que ignorar el pasado siempre repercute en tu presente y en tu futuro, sin importar los años que pasen.

En esta secuencia se llevó a escena la obra Recuerdos (esos fragmentos de vida) con una excelente coreografía, interpretación y reflexión sobre hasta qué punto el amor puede cambiar nuestras vidas, bien dicho por el poeta Jaime Sabines “Es tan corto el amor y tan largo el olvido”, pero sólo nosotros decidimos si corregirlo o dejar que se convierta en un recuerdo que nos agobie toda la vida.

Después de un breve receso el escenario cobró vida nuevamente con un entorno completamente distinto, una mujer sentada en una silla con aire de enojo y desesperanza despedaza con delicadeza una hoja de papel, dando la impresión de que su mente esta confundida, al fondo la ligereza del estremecimiento de una joven contrasta el primer cuadro, mientras se integran a la mezcla los demás copartícipes guiados por las notas de la música clásica que construye un espacio en el cual la lucha por el poder es el causal de su disputa.

Siendo visualmente un espectáculo dónde la belleza es uno de los principales atractivos, A la Sombra del Alba más allá de dar un mensaje claro como lo fue la primera coreografía, te hacía disfrutar del ritmo y las expresiones que te envolvían dentro de un mundo muy parecido al nuestro, donde el dominio sobre cualquiera es el causal de nuestro existir, dejando a un lado la unión y la filantropía.

Una obra producida dentro del proyecto Nemian Danza Escénica XX Años que fué seleccionado para recibir el Beneficio a Proyectos de Inversión en la Producción de Danza -EPRO Danza-, otorgado por el Conaculta y el INBA en 2012. Este proyecto considera la presentación de estas obras así como de los trabajos más representativos de la Compañía en diferentes temporadas y ciclos de danza a lo largo de 2013, pues “hay muchos momentos especiales reflejados en nuestras coreografías que además coinciden en ser resultado de una búsqueda dancística y una reflexión temática sobre la misma” comenta la directora Isabel Beteta.

En conjunto ambas obras cuenta con una técnica indiscutible que caracteriza el trabajo de Isabel Beteta que a través de los años sigue sorprendiéndonos y deleitándonos como bailarina, actriz y directora.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.