Códigos elementales, poesía dancística en torno a los elementos

Por: Gabriela Jiménez Bernal — 19 de julio, 2013

La coreografía del maestro Marco Antonio Silva, interpretada por Utopía Danza/Teatro se presenta en el Teatro Sergio Magaña hasta el 4 de agosto.

Un universo metafórico se desdobla en el escenario del Teatro Sergio Magaña para envolver al espectador en los cuatro elementos de la naturaleza: tierra, agua, aire y viento, provocando sensaciones de dualidad que lo hacen reflexionar sobre su cotidianeidad.

Tal es la esencia de la propuesta coreográfica Códigos elementales, la obra más reciente del maestro Marco Antonio Silva, considerado como una de las grandes figuras del movimientos dancístico.

La pieza es interpretada por la compañía Utopía Danza/Teatro, fundada y dirigida por el propio Silva, quien a través de su experiencia y pasión por este arte ha colocado a este grupo como uno de los más consolidados y representativos del género contemporáneo en México.

El Teatro Sergio Magaña es el recinto que alberga esta interesante coreografía -de viernes a domingo- interpretada por cuatro bailarines que denotan amplia experiencia y dominio del escenario: Olivia Luna, Gabriela Guerra, Rafael Rosales y Fernando Huerta, quienes más que hacer danza pareciera que experimentan cada movimiento, cada emoción que converge alrededor de la historia.

Códigos elementales es una pieza inspirada en la obra de dos grandes de las letras: el mexicano Octavio Paz y el francés Gaston Bachelard. Dos figuras principales de la literatura que legaron imágenes y reflexiones en torno a los cuatro elementos de la naturaleza.

El maestro Silva, tras la lectura que en el pasado hizo de la obra de estos autores, sintió el impulso de crear una coreografía donde plasmar las emociones y sensaciones que provocó en él la lectura del tesoro literario de Paz y Bachelard.

Paz fue un poeta que se caracterizó por su gran lirismo, cuyos versos poseen imágenes de gran belleza. Algunos especialistas que han analizado su obra consideran que el bardo mexicano supo apropiarse del lenguaje y el simbolismo de la alquimia, fundamentados en los cuatro elementos alquímico-filosóficos de la Antigüedad: fuego, aire, tierra y agua. Se considera que la escritura de Paz está formada y transformada a partir de la conjunción de las diversas teorías presocráticas de estos elementos.

Por lo que se refiere a Bachelard, fue un filósofo que si bien se interesó en la historia de la ciencia, también lo hizo por la imaginativa literaria y la poética. En su haber destacan importantes estudios de sicología sobre los cuatro elementos y su relación con la literatura.

Ser parte de Códigos elementales es querer hacer un viaje metafórico donde se fusionan los cuatros elementos de la naturaleza.

Es experimentar la noción de ciertos rituales con dichos elementos y la forma como los seres humanos se conectan con ellos dentro de su cotidianeidad.

A lo largo de 50 minutos, cuatro personajes se encuentran y reencuentran con estos elementos, permitiéndose vivir no sólo momentos de introspección personal, también instantes de conexión con su universo.

Son mínimos los objetos escénicos que se integran a la obra para que el espectador descubra el agua, el aire, el fuego y la tierra, los cuales metafóricamente envuelven cada movimiento, cada pensamiento.

Así con velas simbolizan el fuego o con sonidos estremecedores evocan el viento. Además, se propone la multimedia, la iluminación, el vestuario, el sonido y los propios silencios como elementos claves para que la naturaleza se manifieste en la obra.

Una mesa es el quinto protagonista del montaje, ya que se convierte en el instrumento a través del cual los bailarines se encuentran con ellos mismos y con los elementos del universo. En momentos, la mesa también pareciera ser el umbral que deberán cruzar para descubrir y descubrirse.

Tal como los cuatro elementos de la naturaleza aparecen en nuestra vida -de manera individual, dual o grupal- los bailarines se apoderan del escenario para exaltar tanto la fuerza como la delicadeza del agua, la tierra, el fuego y el aire. Cada cuadro es una imagen poética que cautiva al espectador.

La producción e iluminación es de David Arredondo; la música original es de Joaquín López Chas; el diseño del dispositivo escénico es original de Antonio Garduño; el diseño multimedia fue creado por Gustavo Lara y Alejandra Monroy; y la asesoría energética y diseño de vestuario de Lucía Saldaña.

Códigos elementales invita a reflexionar sobre nuestra realidad… Sobre la memoria y el olvido, sobre el principio y el fin.