Carmina Burana… conquista al público del Auditorio Nacional

Por: Susana Fernández — 8 de octubre, 2015

Con un mensaje que llama a no olvidar ver a los otros, a los más vulnerables y desprotegidos de este orbe, ORT México, Educando para la vida dio la bienvenida a los casi 10 mil asistentes que, ayer miércoles 7 de octubre, se dieron cita para compartir el espíritu festivo y renovador de la célebre Carmina Burana de Carl Orff, anunciada como “Producción Monumental 2015”.

Previa disculpa por la ausencia de Alondra de la Parra –por motivos médicos y ya anunciada a través de los medios de comunicación–, Kenneth Kiesler al frente de la Orquesta Internacional de las Artes se presentó ante los asistentes que de manera calurosa aplaudieron la intervención del músico nominado al Grammy 2015 por la grabación de L’Orestie d’Eschyle con la University of Michigan Symphony Orchest.

Una de las celebridades de la música orquestal con una extensa currícula donde destaca su actividad como docente de la Universidad de Michigan y como director de orquesta con 35 años de trayectoria y experiencia al frente de organismos como la National Symphony Orchesta, la Sinfónica de Chicago y Orquesta de Cámara de París, entre otras instituciones.

Un hombre carismático que en esta presentación en el Auditorio llevó a los asistentes a celebrar la música de este espectáculo multidisciplinario que inició con un clásico del ámbito orquestal: Bolero, pieza icónica que permitió al público un primer acercamiento a la Orquesta como protagonista de esta maravillosas obra de Maurice Ravel, que por la naturaleza de su creación íntimamente ligada a la danza exaltó los ánimos para recibir el primer impacto de la inigualable O fortuna, poema con la que inicia Carmina Burana.

Sin duda, esta obra monumental de Carl Orff es una de las más taquilleras del repertorio universal con una penetración más allá del ámbito orquestal que trasciende a la música popular, así quedó plasmado cuando los Coros Enharmonia Vocalis y Les Chanteurs dirigidos por Fernando Menéndez y Cristina Stevens, respectivamente, marcaron el inicio de una creación escénica que durante poco más de hora y media mantuvo el interés y expectación del público asistente.

Así, con la interpretación de la compañía Danza Contemporánea de Cuba marcada por el coreógrafo George Céspedes y realzada por un vestuario minimalista que permitía observar la sincronía entre lenguaje corporal y música, el espíritu que alude ese círculo mágico de la vida que va desde el nacimiento hasta la muerte se propagó entre quienes desde la butaca veían transcurrir esta historia donde persisten algunos sentimientos inherentes a la condición humana como el amor y la pasión.

De esta manera, música y danza dieron forma a este espectáculo multidisciplinario que se complementa con imágenes proyectadas en blanco y negro que descubren desde evocaciones de Adán y Eva hasta alusiones contemporáneas donde lo mismo aparecen trenes que paisajes naturales que trasladan la cantata monumental a otra dimensión.

La presencia del reconocido bailarín norteamericano Rasta Thomas marcó el momento estelar de la noche, su interpretación en conjunto con el ensamble de Danza Contemporánea de Cuba le añadió lucimiento a la versión dancística de esta pieza estrenada el 8 de junio de 1937 en la Alte Oper de Fráncfort del Meno dirigida por Oskar Wälterlin.

En la intervención vocal se apreció al barítono Josué Cerón, el tenor Víctor Hernández y la soprano Anabel De la Mora, quienes dieron voz al dramatismo satírico de estos versos sacros que representa un canto a la vida, al amor, al baile, a la bebida y al hedonismo.

Un elenco que entre bailarines, músicos, coros y cantantes formaron un gran equipo que sumaba más de 250 artistas en esta producción de gran formato que cumplió las expectativas de un público que gustoso aplaudió la representación de Carmina Burana Producción Monumental 2015, la cual ofrece una función más hoy jueves 8 de octubre en el Auditorio Nacional, un espectáculo creado por George Céspedes que cumple con aquellos que gustan que la danza y la música se manifieste sin pretensiones elitistas, sólo por el placer de ver el arte coreográfico como un simple divertimento. Fotos Carmina Burana: José Jorge Carreón.