Por: Susana Fernández — 10 de mayo, 2018
Cuando uno charla con la maestra Nellie Happee no se puede imaginar que se trata de una mujer de más de 80 años. Al verla, se descubre la elegancia de una gran dama encerrada en la alegrÃa de una chamaca, una dualidad que cautiva de inmediato. La profundidad de su mirada y lo amable de su sonrisa representan esa sensibilidad que sólo los grandes artistas guardan en su esencia, esa proyección que te devuelve la confianza en la humanidad.
La historia de Nellie Happee está indisolublemente ligada al desarrollo de la CompañÃa Nacional de Danza (CND) y viceversa. La trayectoria de la primera institución dancÃstica de nuestro paÃs, no podrÃa entenderse sin la aportación de la maestra Happe, como prima bailarina, coreógrafa y maestra. Asà a lo largo de “toda una vida dedicada a la danza”, la huella y enseñanza que la maestra ha dejado en varias generaciones la convierten en parte invaluable para la agrupación.
De ahà la pertinencia de la gala Carmina Burana de Nellie Happee… Homenaje a toda una vida en la danza, que la CompañÃa Nacional de Danza ofrecerá el domingo 13 de mayo y el martes 15, en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes.
Con más de 50 obras en su repertorio, que lo mismo se han presentado en México como en el extranjero, la aportación artÃstica de Nelly Happe a la expresión coreográfica es invaluable y con motivo de celebrar sus 88 años de vida y 68 de trayectoria artÃstica, la CND llevará a escena una de sus más importantes puestas dancÃsticas: Carmina Burana, complementando el programa con una obra icónica de José Limón, La pavana del moro.
La primera es una pieza de la propia autorÃa de la maestra Happe –a la cantata escénica Carmina Burana, de Carl Orff– estrenada en 1983 en el marco del XI Festival Internacional Cervantino. Se trata de 25 cuadros escénicos que hablan sobre la pasión que comparten hombres y mujeres. “En esta pieza, no hay hadas ni prÃncipes, pues sólo muestra al ser humano común del siglo XII, por lo cual ha tenido una respuesta muy cálida a lo largo de sus diversas puestas en escena”, Nelly Happee.
La puesta dancÃstica habla del renacer de la vida en cada año, asà como del placer y del gozo que el amor renovado produce. Se trata de una producción donde música y texto se entrelazan con el movimiento, dando una especial atención al vigor de los poemas musicalizados por Carl Orff entre 1935 y 1936.
“Carmina Burana es técnicamente muy sencilla, los retos que tiene no son en cuanto a la danza, sino en un sentido artÃstico e interpretativo. Para mà es todo un reto porque es una obra que tiene muchos contrastes y, al mismo tiempo, se convirtió en una experiencia muy bella. Al escuchar la música me di cuenta de que tenÃa muchas posibilidades. Es verdad que soy de formación clásica, pero tuve la suerte de trabajar con los contemporáneos, lo cual fue un enriquecimiento para mÃ, brindándome otra visión de la danza”, Nellie Happee.
Es asà que bajo el tÃtulo Carmina Burana de Nellie Happee… Homenaje a toda una vida en la danza, la CND ofrecerá un atractivo programa que además de contemplar la afamada Carmina Burana se verá enriquecido con otra de las obras icónicas de la agrupación: La pavana del moro, del legendario José Limón.
Ambas obras contarán con la música interpretada por la Orquesta y Coro del Teatro de Bellas Artes, bajo la dirección del maestro Srba Dinic, asimismo para esta presentación especial se ha invitado a participar a la soprano Cynthia Sánchez, el tenor Hugo ColÃn y al barÃtono Guillermo Ruiz, quienes cantarán partes solistas de Carmina Burana.
De esta forma, la CND va más allá de sus conocidas puestas de repertorio, como El lago de los cisnes, Coppélia, entre otros, y retoma obras que trascienden el mero significado estético para presentar piezas que tienen mucho más que ver con su identidad como agrupación, tal es el caso de Carmina Burana y La pavana del moro que pertenece a un repertorio universal de un coreógrafo con un legado universal, José Limón.
En este sentido, surge la pregunta del ¿por qué el Instituto Nacional de Bellas Artes ejerce un autoboicot de tales dimensiones? ¿Por qué sólo dos únicas funciones, dos únicas representaciones de una pieza con tal poder de atracción como Carmina Burana que al anuncio de ésta ya agoto sus localidades? ¿Por qué no aprovechar la presencia viva de la autora y no hacer una temporada más larga cuando el mismo público lo reclama?
¿Hasta cuándo se minimizará la importancia de la CompañÃa en el ámbito de la cultura? ¿A razón de qué las temporadas de las agrupaciones nacionales de danza, ópera, música deben ser reducidas a una sÃntesis de no más de cinco funciones en el Palacio? En este caso, debemos dar gracias que al menos haya dos funciones programadas.
No es acaso ésta una forma de mantener la cultura como un privilegio reservado sólo a un pequeño grupo de individuos, ¿qué pasa con las escuelas de iniciación artÃstica? ¿con los públicos menos favorecidos que podrÃan apreciar estas expresiones? Esas son preguntas que sólo el INBA puede contestar y nos gustarÃa que asà fuera.
Pero más allá de este cuestionamiento, hay que vivir y difundir el homenaje a Nellie Happee, una fiesta en su casa, el Palacio de Bellas Artes, una gala más que merecida a una reina de la danza que desde siempre ha brillado con esa carismática personalidad, con esa felicidad que impera en su actitud, con esa vitalidad y con esa satisfacción al haber conseguido lo que más ama en la vida, la danza… una reina del escenario con la energÃa suficiente para hacer mucho más de lo ya conquistado. Fotos: Guillermo Galindo.
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